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10 CONSEJOS PARA CUMPLIR TUS OBJETIVOS PERSONALES Y PROFESIONALES EN EL NUEVO AÑO

Como cada 31 de diciembre millones de personas harán su lista de propósitos, tanto profesionales como personales, con la ilusión de dar un giro a su vida en el nuevo año.

La realidad es que la mayoría de estos sueños acabarán siendo sólo eso: sueños. Más del 90% de propósitos se quedan en agua de borrajas. Las razones son varias y tienen una lógica interna que, si no nos paramos a reflexionar, se nos escapan de las manos.

Vale la pena darle la vuelta a la tortilla y saber qué es lo que tenemos que hacer para cumplir nuevas metas u objetivos.

¡Vamos a ello!

La principal razón de que fracasemos con la típica lista de 10 propósitos para comenzar el año es que hay que actuar, nuestro cerebro no va a cambiar de hábitos por el simple hecho de escribirlos en un papelito.

Más allá de que la mayoría de los propósitos que nos hagamos este año no servirán para nada, lo peor es que no conseguir nuestras metas nos va a generar bastante frustración.

La gran mayoría de estas metas, si no hay un plan de acción concreto, estarán olvidadas en febrero. Es más, los estudios dicen que uno de cuatro propósitos cae en el olvido ¡en menos de una semana!

Según el experto en productividad y eficiencia personal  José Miguel Bolivar, “(…) el porcentaje de gente que acaba cumpliendo sus propósitos de Año Nuevo es ridículo. ¿Por qué? ¿Tenemos un problema generalizado de falta de compromiso o es que nos gusta mentirnos compulsivamente? La realidad es mucho más sencilla: nos proponemos objetivos frágiles y las cosas frágiles se rompen «a la mínima».

Aunque la mayoría de estos deseos suelen ser de índole más personal como perder peso, ir al gimnasio, dejar de fumar o leer más, en este post nos centraremos también en el aspecto profesional.

Es cierto que lo normal es proponerse hábitos más personales, pero en nuestro caso es igual de importante fijarnos el objetivo de que este año queremos aumentar un 20% la facturación de Stepienybarno. De hecho, es uno de nuestros objetivos principales y tendremos que ponernos las pilas para conseguirlo.

El primer paso es tener claros los hitos y trazar un plan de acción para conseguirlos. Pero para que un propósito se cumpla tendremos que pararnos a ver cuál es la motivación que hay detrás de ese deseo y saber el porqué, y esta no es una tarea tan sencilla como podría parecer.

En realidad, comenzar nuevos hábitos es igual de factible el 1 de enero que cualquier otro día del año; pero ya que este es el momento por excelencia, vamos a intentar ser lo más eficientes posible.

Así que, si te parece bien, vamos a ver qué podemos hacer para que este año realmente consigamos nuestros propósitos.

1 MOTIVACIÓN

Tenemos que ser conscientes de que pretender correr tres veces a la semana cuando llevamos 5 años sin hacer deporte es engañarnos a nosotros mismos.

Conviene considerar el hecho objetivo (salir a correr) y luego ver qué necesidades y emociones hay detrás. Si correr cubre una necesidad que implica una mejora para la salud, tendremos muchas más posibilidades de conseguirlo que si simplemente es “para perder un par de kilos”. Otra cosa es que además te guste correr; que siempre ayuda, pero no es decisivo.

Si un fumador quiere dejarlo, sus posibilidades de éxito aumentan exponencialmente si tiene un cáncer de pulmón. Es cierto que es un caso extremo, pero es como funciona nuestro cerebro.

Si, por ejemplo, queremos salir todos los días de trabajar a las 6 de la tarde, de forma que no estemos en la oficina más de 8 horas, nuevamente será mucho más fácil conseguirlo si tenemos una motivación clara, como por ejemplo estar con tu niñ@ recién nacid@, que si sólo quieres “trabajar menos”.

Hace falta una motivación muy fuerte para aumentar las garantías de éxito del propósito. Desear algo con todo tu alma no hará que se cumpla, pero sí ¡te ayudará a dar el primer paso!

Como dice la experta en desarrollo profesional, ML Cobián: “(…) la razón principal por la que la mayoría de la gente no es capaz de alcanzar sus metas, sus deseos, sus propósitos de fin de año es porque no tienen la voluntad de luchar por ellos.”

2 EL MOTOR DE LA FUERZA DE VOLUNTAD

Pero sólo con motivación no llegaremos muy lejos. Necesitamos fuerza de voluntad y no todas las personas la tienen. Hay personas que son muy perezosas y, por su carácter, tienden a escaquearse de sus propios compromisos.  Otras personalidades son muy indisciplinadas y les cuesta mucho todo lo que tenga que ver con las rutinas. Esto no significa que haya que ser personas rígidas para conseguir objetivos; de hecho, un poco de caos también tiene su punto positivo.

Lo importante es ejercitar el músculo de la fuerza de voluntad y, para ello, conviene hacer ejercicios como, por ejemplo, las visualizaciones. El simple hecho de imaginarnos haciendo algo tiene un efecto muy positivo para nuestro cerebro y las posibilidades de éxito, si practicamos esta dinámica, aumentan de manera exponencial. No ocurre nada mágico ni esotérico, simplemente en estado de reposo y quietud podemos crear nuevas conexiones neuronales que harán que nuestra meta esté un poquito más cerca.

Hay cientos de experimentos en este sentido y todos corroboran que el sólo hecho de visualizarnos haciendo una actividad de manera constante a lo largo de los días, hace que nos volvamos más diestros en la materia.

 

3 ADIÓS A LAS LISTAS DE DESEOS INTERMINABLES

Pero, una vez más, la motivación y cierta fuerza de voluntad tampoco son suficientes. Necesitamos organizar nuestros deseos con un orden lógico; pretender hacer 10 cosas no es realista. Sin embargo, proponernos que en enero adquiriremos un nuevo hábito es más factible.

La típica lista interminable de deseos para el Año Nuevo es un error de base; si nos centramos en tres propósitos ya vamos bien servidos.

Nuestro cerebro no es capaz de integrar más de uno o dos hábitos a la vez y para conseguir que esa nueva actividad se convierta en un hábito —como, por ejemplo, dedicar todos los días una hora al marketing, Identidad Digital y productividad en tu estudio de arquitectura— deben pasar entre 21 días y un mes repitiendo la acción; hasta ese momento no podremos cantar victoria. La repetición es fundamental y aunque no garantiza la adquisición del hábito, sí que podemos afirmar que si no somos constantes, fracasaremos con toda seguridad.

4 CUANTO MÁS CONCRETO Y ESPECÍFICO MEJOR

Así que ya vemos que conviene tener motivación, cierta fuerza de voluntad y ser constantes. Esto está muy bien, pero todavía nos falta un paso más. Una vez que tenemos claro el objetivo, conviene trazar un plan para conseguirlo y cuanto más concreto, mejor. En este mapa mental conviene tener paciencia y no querer ver resultados demasiado rápido.

Si queremos que en enero aumente nuestra presencia en las redes sociales, toca escribir dónde estamos y dónde queremos estar. Si hay que formarse antes, pues concretar cómo y dónde. Si hay que abrir perfiles en Instagram o Twitter, ver cómo y cuándo hacerlo.

En este sentido la experta en alimentación y vida sana, Tania Sanz, comenta:

“(…) Tomemos el ejemplo de “hacer ejercicio”. Bien, hacer ejercicio puede ser salir a andar en bicicleta, pero también puede ser ir al gimnasio, bailar, hacer una rutina en casa, correr en el parque, etc.

Lo mismo para “comer mejor” o “bajar de peso” ¿qué es comer sano? ¿Con qué acción empezarías? ¿Agregar una sabrosa fruta en tu desayuno? ¿Cenar una rápida ensalada de verduras?….”

Mientras más específica sea tu meta más posibilidades de ser constante y de obtener resultados.”

No vale con decir “quiero mejorar mi salud”. Si para mejorar mi salud me conviene perder peso, pues vamos a ello, pero con un plan concreto. No es lo mismo decir “voy a bajar de peso”, que “voy a bajar 6 kilos”. Y si estos 6 kilos los vamos a bajar en 6 meses, nuestro objetivo se convierte en bajar un kilo al mes y es más asumible. Ahora tocaría pensar cómo lo vamos a conseguir. En estos temas, más que hacer una dieta conviene aprender a comer lo más sano posible y ser conscientes de qué nos hace hincharnos o pillar más peso de lo normal. En este caso y en casi todos, la ayuda de un profesional siempre será bienvenida.

5 FIJAR UN SISTEMA DE ACCIONES

Para terminar de concretar, nada mejor que fijar un horario. Es importante que podamos comprometernos a hacer las cosas a una hora concreta. Google Calendar u otras agendas digitales serán nuestros grandes aliados. Si lo dejamos para cuando tengamos un hueco, será un barco hundido.

A nuestro cerebro, aunque no nos lo parezca, le encanta la seguridad; es decir, si queremos aprender GTD (el sistema de productividad más potente y que te explicamos en nuestro curso), tendremos muchas más posibilidades de conseguirlo si fijamos siempre la misma hora para estudiar. Por ejemplo, si te levantas a las 7.30, decir: “durante febrero me voy a levantar a las 7 y todos los días avanzaré un poquito”.

Es importante que seas realista. Si queremos madrugar más, está muy bien fijar este nuevo hábito. Muchos sabréis que ahora está muy de moda levantarse muy temprano, a eso de las 5. Para muchos, entre los que nos incluimos, es algo habitual y está genial, pero para la mayoría de las personas es totalmente ilógico. Hay que ser conscientes de cuáles son nuestros biorritmos y nuestros hábitos actuales.

Si, por ejemplo, a día de hoy nos estamos levantando a las 8, pues la idea es fijar como objetivo levantarnos a las 7 en un mes; para ello, toca comenzar a irse antes a la cama y cada día levantarse 5 minutos antes. Esto, visto así, está al alcance de cualquiera, pero lo importante es que lo que nos propongamos sea asumible y que no nos lleve demasiado esfuerzo. Si a esto le sumas una motivación extra como, por ejemplo, la necesidad de tener un certificado en un idioma a lo largo del año y aprovechamos esta hora extra mañanera para estudiar, ¡el éxito puede estar al alcance de la mano!

Como vemos, tener una meta está muy bien, pero la clave está en tener un sistema que la respalde.

Si estos pasos a conseguir los tienes en un lugar visible o los vas comentando con alguien cercano, nuevamente, las posibilidades de éxito aumentan.

6 DIVIDE Y VENCERÁS

Otro truco para tener más posibilidades de éxito es dividir una tarea grande en varias pequeñas. Por ejemplo, hacer el presupuesto de un proyecto es una tarea grande que no sabemos muy bien cuánto tiempo nos va a llevar, así que nuestro cerebro intentará evitarla para hacer algo que le resulte más accesible.

Por lo tanto, si dividimos el presupuesto en capítulos y cada día hacemos 5 capítulos, podemos aspirar a que en  una semana el presupuesto esté controlado.

Si queremos meditar una hora al día, y hasta ahora no estamos meditando nada, de nuevo, conviene convertir este superobjetivo en muchos microbjetivos mucho más asumibles. Encontrar una hora todos los días es complicado, pero sentarse a meditar 5 minutos al día es fácil. Al principio nos costará encontrar el espacio o la ocasión, pero una vez que te habitúas, es fácil pasar de los 5 a los 10 y luego a los 15. Y quizás está bien así. Meditar una hora al día es genial, pero meditar 15 minutos al día es muchísimo mejor que nada. En nuestro caso, lo tenemos claro, este es un hábito fundamental y desde que lo hacemos nuestro foco es mucho más claro.

7 ADIÓS A LA PROCRASTINACIÓN NEGATIVA.

Llegados a este punto, conviene recordar el tema de la procrastinación. Tenemos la procrastinación buena y la procrastinación mala. La buena es dejar para más adelante las tareas que hoy no son fundamentales. Cada día podremos hacer 5 o 10 tareas, como mucho 15, pero no más. Por lo tanto, si lo normal es que tengamos encima de la mesa más de 100 tareas por hacer, serán decenas las que sí conviene procrastinar y alejarlas de nuestra vista por un rato.

Al contrario, puede que hayamos escrito en nuestra lista de deseos algo que sí nos conviene hacer cuanto antes y tendamos a aplazar eternamente.

En este sentido, además de aplicar todas las ideas de los puntos anteriores, conviene alinear el deseo con un objetivo o meta mayor. Por ejemplo: “Quiero leer un libro al mes”, es un bonito deseo pero fácil de procrastinar.

Sin embargo, si  somos conscientes de que nuestro día a día en el estudio es un caos y queremos que esto cambie en el nuevo año porque vemos que se nos va de las manos, es mucho más probable que leer un libro de productividad o eficiencia personal al mes nos sea útil. Si no sabes por cuál comenzar, te aconsejamos este! 😉

8 POCO A POCO.

Otro de los fallos que cometemos con estos propósitos de Año Nuevo es querer que se produzcan de golpe, sin dar tiempo a que mejoremos paso a paso. La llegada de la nueva era digital que nos toca vivir tiene muchas ventajas, pero también nos hemos acostumbrado a que todo sea para ayer.

Cuando comenzó Internet todo tardaba mucho. Sólo acceder a la red ya eran unos minutos y nadie esperaba que una página web se cargara al instante. Hoy, si no accedemos en un segundo y en un click, perdemos la paciencia y nos parece todo un rollo. Nos hemos acostumbrado a una inmediatez exagerada y conviene resetear nuestro cerebro para que vaya más lento y no caiga en la gratificación instantánea constante.

De hecho, es fácil que este post, que hemos escrito con todo nuestro cariño, lo estés leyendo en diagonal y quizás te hayas parado en estas líneas casi por casualidad. Si no es el caso, te felicitamos porque es una señal estupenda de que, realmente, estás comprometido con conseguir tus nuevos propósitos para el 2020.

Además tenemos tendencia al pensamiento mágico y creemos que conseguiremos algo muy complicado de manera sencilla, y a ser posible sin mucho esfuerzo. Por ejemplo, puede que queramos ahorrar tres mil euros más de lo normal en el nuevo año, cuando normalmente conseguimos ahorrar cero.

Esto, visto así, es sólo aire. Necesitamos tierra para conseguirlo; así que lo que toca es concretar y, como hemos visto, hacer un plan. Normalmente funciona mucho mejor pensar en 300 euros al mes que en 3.000 al año.  Es decir, si vamos transformando esa gran meta en pequeñas metas fáciles de conseguir, estamos en el camino correcto. De hecho, también nos podemos permitir pequeñas recompensas o gratificaciones para cada día terminado con éxito.

Los expertos en marketing, Isa y Juanmi, de más y mejor, lo tienen claro:

“(…) Planifica qué recompensas y premios te vas a conceder cada vez que alcances un hito en tu objetivo.

Para mí no hay mayor motivación para trabajar a tope que saber que después me espera un mes de disfrutar haciendo una de las cosas que más me gustan. Esa sensación de que te lo mereces es genial.

Pero no tienes por qué irte un mes a la Toscana.

Cualquier capricho vale: una comida o cena, una escapada, una tarde libre… Lo que sea que te haga sentir bien y te permita asimilar y valorar tu victoria por muy pequeña que sea.”

Con todo ello, la idea es avanzar un poquito sin descanso y, así, para cuando nos queramos dar cuenta ya habremos llegado muy lejos en nuestro propósito. Conviene no medir cada paso que damos; es mejor esperar a dar unos cuantos para sentir el trecho del camino recorrido.

¿Y cuándo comenzamos? Una vez que tengamos claro el objetivo a cumplir, cuanto antes mejor. Eso sí, conviene ser realistas y si nos hemos trazado un plan de alimentación sana ¡te conviene esperar  a que terminen estas fechas para ir a por ello!

9 TENER UN PLAN PARA CUANDO TODO VAYA MAL

¿Y si fallamos qué hacemos? Pues lo primero ser compasivos con nosotros mismos. ¿Te das cuenta de lo duros que solemos ser cuando algo no sale como esperamos? Los seres humanos somos demasiado dicotómicos, o estamos en posición on o estamos en off.

Pasamos de tener todo patas arriba en nuestro armario a querer tener el armario más minimalista posible. Y como estamos viendo, esto no es sensato. Está bien esto de venirse arriba, pero no hay que dejar de tener los pies en suelo y saber que cuanto mayor sea el objetivo que nos marquemos, más probable es que nos demos un buen tortazo.

Esto de “sueña al máximo”, “que nadie te diga que tú podrás hacerlo todo”, “que tú eres un héroe capaz de conseguir sueños increíbles”, suena muy bien; pero, en general ¡son fuegos de artificio!

Es mucho mejor que las metas sean sencillas, accesibles, medibles, acotables y, sobre todo, que sepamos que las podemos conseguir sin tener que esperar un milagro.

Conviene tener paciencia y ser compasivos con nosotros mismos. Como si fuéramos niños pequeños a los que cuidar, mimar y animar. Si nos tratamos con cariño, podremos recomponernos y seguir intentándolo aunque tengamos pequeños “fracasos” por el camino; fallar es sólo un paso más para conseguir nuestro objetivo.

Eso sí, si vemos que naufragamos siempre en el mismo punto, toca pararse para replantearnos el asunto, porque hay algo de nosotros mismos que no vemos y que se está poniendo en nuestra contra.

¿Te acuerdas de esa motivación y fuerza de voluntad de la que hablábamos al principio del post? Hay que dar por hecho que no siempre estará a tope y tenemos que tener un plan para superar estos obstáculos. De hecho, en el curso que comenzamos el 10 de enero, tratamos en profundidad este punto.

10 A MÁS REVISIÓN MÁS PROBABILIDAD DE ÉXITO.

Ya os hemos contando en algún otro post que hace años en Stepienybarno nos reuníamos sobre la marcha y no teníamos rutinas en este sentido. Hablábamos de metas a conseguir, pero no éramos capaces de alinearlas con un plan de acción con objetivos y microbjetivos concretos. Ahora estos hábitos ya están perfectamente integrados en nuestra forma de trabajar, pero para asegurarnos de que vamos por el buen camino, necesitamos revisar de manera eficiente

Para conseguirlo tenemos varios tipos de reunión con nosotros mismos. La más importante, y la que tardó más en llegar, es bloquear un tiempo (30-60 minutos todos los días) para ver cómo vamos.

También bloqueamos dos horas los viernes para repasar todos los proyectos y tareas que tenemos encima del tablero y a final de mes repasamos los objetivos que nos hemos marcado y vemos si se han cumplido. Normalmente nos fijamos tres objetivos fuertes y a lo mejor uno se ha cumplido totalmente, otro casi y un tercero se bloqueó por lo que fuera; a partir de ahí, recomponemos y marcamos los objetivos del nuevo mes.

La reunión trimestral nos cuesta más, pero lo que sí que hacemos es parar en verano para poder ir a un ritmo de samba y, desde esa calma, volver a replantear la vuelta al cole con todas las fuerzas del mundo. Todo esto lo hacemos, con más o menos éxito y constancia, desde hace 5 años y vemos que estas revisiones son claves para que nos vaya mucho mejor y tener más opciones de conseguir nuestros propósitos y metas.

En fin, que ya ves que esto de marcar objetivos o propósitos no es tan sencillo como parece y conviene tener claros todos estos puntos para que estos próximos doce meses sean memorables. Eso sí, como ves, quien algo quiere algo le cuesta. Nada de lo que comentamos es especialmente difícil, lo que sí es complicado es tener todo en cuenta y ser consecuentes y coherentes con cada paso a dar.

Lo bueno es que depende de cada uno de nosotros conseguirlo; lo malo es que no es tan sencillo como muchos piensan.

En cualquier caso, te animamos a que nos cuentes cuáles son esos pocos, pero fundamentales, deseos que tienes para este nuevo año.Y si ves que necesitas una ayuda extra para conseguirlos, nuestro curso de productividad y eficiencia te puede dar el empujón definitivo que necesitas para conseguirlos.


También puedes escucharnos en Episodio #10: 10 consejos para cumplir tus objetivos

Episodio #10: 10 consejos para cumplir tus objetivos


Autores del post: Stepienybarno _ Agnieszka Stepien y Lorenzo Barnó

Imagen de portada proveniente de Cinismoilustrado.com

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