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VANDANA SHIVA, ACTIVANDO LA DEMOCRACIA DE LA TIERRA

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Durante los días 5,6 y 7 de este mes se celebró en Irun una nueva edición de la feria Bioterra en el recinto de Ficoba. En ella destacó la conferencia que dio la activista india Vandana Shiva, Premio Nobel Alternativo, seguidora de Mahatma Gandhi y autora del libro «Manifiesto por una democracia de la tierra. Justicia, sostenibilidad y paz». La verdad es que es ha sido difícil decidir que era lo que os mostrábamos hoy sobre ella, debido a que casi todo de lo que habla tiene un interés máximo, así que nos hemos decidido a hacer este extracto de una entrevista, en la se puede ver cual es la su filosofía de lucha no violenta.

– ¿De qué trata su libro Earth Democracy?

Shiva: Earth Democracy trata realmente sobre la vida más allá de la globalización corporativa. Sobre otro modelo, sobre otras maneras de actuar, y no sólo en el futuro sino sobre el mundo que se está constituyendo aquí y ahora.

–  Usted afirma que necesitamos evolucionar desde una democracia agonizante a una democracia viva. ¿Puede explicar qué quiere decir?

Lo primero que quiero decir es que la democracia que tenemos está realmente muerta en cuanto que no responde ya a los deseos de la gente. Tanto si se trata de gobiernos que van a la guerra contra la voluntad de los pueblos como si se trata de gobiernos que imponen alimentos transformados genéticamente.

– ¿Cómo sería una democracia viva?

Una democracia viva es aquélla en la que la gente puede tomar decisiones sobre sus vidas e influir sobre las condiciones en las que vive – cómo cultivar sus alimentos, en qué condiciones se producen sus ropas; la libertad de elegir cómo se educan sus hijos; la libertad de establecer las condiciones de acceso a la sanidad. Eso es una democracia viva. Para la gente, una democracia viva es la que se reina en donde ellos están. Una democracia viva es aquélla que afecta todos los aspectos de la vida, no sólo de la vida humana, porque nos encontramos en un momento de la evolución en el que cualquier libertad de la especie humana debe incluir la de otras especies; si no nunca tendremos libertad humana.

– ¿Cómo gestionaría una democracia viva los recursos de agua?

Los pueblos proporcionan agua, y los ríos muertos reviven, cuando las comunidades actúan conjuntamente y deciden cambiar del modelo de agricultura química a la agricultura orgánica. Nuestras aldeas, en una democracia viva, se comprometen a no permitir en sus pueblos los productos químicos, los organismos transformados genéticamente, o la privatización del agua.

– En su libro, a menudo se refiere a Gandhi y le cita. ¿Puede hablarnos sobre Gandhi como fuente de inspiración de La Democracia de la Tierra?

Mi más honda inspiración en Gandhi es el reconocimiento del swaraj, es decir de la autorregulación. Que no se limita al nivel nacional, sino también al nivel local y a nivel personal. Uno no se puede autorregular salvo que tenga autoorganización. De ahí que el concepto de democracia en el pensamiento de Gandhi se refiera a la capacidad última de la gente para organizar colectivamente sus vidas y su comunidad.

El segundo principio impactante de Gandhi en el que me he inspirado es el swadeshi, que significa la capacidad creativa de todos los seres humanos y de todas las comunidades para producir lo que necesitan. En la globalización, y en esta democracia asesina que tenemos, la idea es que todos deberíamos ser consumidores en lugar de productores de cosas y creadores de ideas y bienes. En eso reside la raíz de la pobreza. Es preciso que reivindiquemos nuestra capacidad de crear y producir.

– ¿Cuáles cree usted que son los motivos para la aparición de los fundamentalismos y del terrorismo?

No  es una sorpresa que ese aumento del fundamentalismo religioso en India se iniciara en 1991, tras la institucionalización de las nuevas políticas económicas sobre liberalización del comercio.

El terrorismo tiene unas raíces parecidas. Es la reacción de aquéllos a quienes se les ha despojado de voz. El terrorismo es el grito de los sin voz. El terrorismo no se desarrolla si la democracia prospera porque ésta asegura que su voz se oye y la disidencia se tiene en cuenta.

– ¿De qué forma las mujeres promueven las culturas centradas en la vida?

Las mujeres son promotoras de esas culturas a causa de la muy antigua división del trabajo, en la que se dejaba que las mujeres se ocuparan de la vida, mientras que los hombres se desentendían de ella para alcanzar la gloria, para llevar a cabo conquistas, y se mantenía a las mujeres en circunstancias menos favorables para obtener un trabajo asalariado. La división del trabajo encomendó a las mujeres conseguir el sustento y a los hombres el mercado.

– ¿Cómo evolucionar desde el mundo en el que vivimos hacia la democracia de la Tierra?

Cada uno desde sus diferentes circunstancias, y cada uno tenemos que empezar esa recuperación desde el lugar donde nos encontremos. Tenemos que unir nuestras manos con otros que pueden estar haciendo las mismas cosas que nosotros u otras diferentes. Eso realmente no importa. Tomemos como ejemplo los alimentos: cada uno de nosotros puede tomar decisiones: si los alimentos que comemos son compatibles con la democracia de la tierra o si sirven para que reforcemos la globalización corporativa. Con cada gota de agua que bebamos se plantea una elección parecida. La energía que consumimos plantea la elección entre una democracia de la Tierra o la dictadura de nuestra época. Las elecciones son ilimitadas; sólo tenemos que empezar a reconocer que nunca se da una situación en la que cualquier ser humano no tenga posibilidad de elegir. Y si no existe posibilidad de hacerlo entonces, al menos, se puede elegir decir que no.

– ¿Puede hablarnos sobre la gestación de este libro?

El libro surgió por dos razones: una de ellas, el que durante demasiado tiempo el movimiento de gentes que defienden su libertad ha sido etiquetado como movimiento contra la globalización. Y se ha dicho de forma repetida que «Esas gentes saben lo que no quieren pero no tienen idea alguna de lo que quieren». Pensé que había llegado el momento de decir, a quienes creen que no sabemos lo que queremos, que lo sabemos muy bien, y que por ello, cuando la globalización corporativa se venga abajo por su falta de sostenibilidad ecológica y social, estaremos allí.

La segunda razón para escribir el libro fue que me di cuenta de que los movimientos populares eran fuertes y podían serlo más si reconocían que no importaba lo diferentes que fueran -unos trabajando por el respeto de los derechos humanos, otros en defensa de las especies salvajes, otros por la soberanía alimentaria de los pequeños agricultores y sus familias en todo el mundo-, porque cada uno de ellos eran una pieza del mosaico, parte de un tejido en el que se combinaban el cuidado de la Tierra y la defensa de las condiciones de la vida humana en el planeta, al mismo tiempo que se esforzaban por conseguir la justicia social. Todos esos esfuerzos no eran aislados, eran similares y realmente eran esfuerzos por la paz. Creaban las condiciones para la paz en una época en la que se nos dice continuamente que el camino hacia la paz es más guerra y más violencia.

– ¿Puede hablarnos de cómo surgió su conciencia política y ecológica?

Mi conciencia política y ecológica se ha desarrollado en varias etapas. Yo era una física entusiasta de la energía nuclear que me formaba para entrar en nuestra elite de la energía nuclear. Mi hermana, que era médica, me concienció de algo en lo que los físicos nucleares nunca piensan: que las radiaciones nucleares son peligrosas para la salud. Fue la primera vez que me desperté a un mundo más allá de las inofensivas ecuaciones.

Para leer la entrevista completa visitar;

http://www.radiofeminista.net/julio06/notas/vandana_shiva_entrev.htm

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