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Blog de STEPIEN Y BARNO – publicación digital sobre arquitectura

Desde aquí podrás acceder a la presentación y la entrevista con FRPO NOLASTER:

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[PRESENTACIÓN]
[ENTREVISTA]

– PARTE 1

– PARTE 2

[SU PÁGINA WEB]

PRESENTACIÓN

FRPO (FRPO NOLASTER) es un estudio de arquitectura que pese a su juventud  van cogiendo cierto peso dentro del panorama arquitectónico de nuestro país. Su comienzo no ha podido ser más esperanzador: concursos ganados, conferencias por media España (y parte del extranjero), decenas de publicaciones, primeros contactos con la enseñanza universitaria y proyectos construidos de altísimo nivel como la publicadísima casa OS.

CASA OS - stepienybarno blog 400

CASA OS

Nuestros protagonistas empezaron colaborando con estudios de gran prestigio como Abalos & Herreros. Así que una vez alcanzada cierta experiencia, decidieron juntarse con varios amigos y formar NOLASTER.  Poco a poco fueron probando  suerte en concursos de arquitectura con la esperanza de poder conseguir ese primer encargo que pudiera consolidarles como un estable estudio de arquitectura.

Esto, que en principio no debiera ser tan complicado, en la práctica se está convirtiendo en algo casi imposible, por ello hay recocer el mérito de Carmina Casajuana, Beatriz G. Casares, Marcos González, Pablo Oriol, Fernando Rodríguez y Arturo Romero, de poder haber cimentado estos primeros pasos profesionales de una manera tan seria y valiente.

El paso del tiempo produjo la escisión de NOLASTER en dos partes, que aunque siguen juntas compartiendo local e ilusiones, ya no son una única cabeza visible sino dos. Con la que forman Pablo y Fernando, es decir con FRPO (FRPO NOLASTER), hemos mantenido una interesante entrevista que publicaremos los próximos días y en la que nos cuentan cuales han sido sus motivaciones, experiencias y esperanzas arquitectónicas. A ambos los conocimos hace un año cuando acudieron a San Sebastián para dar una conferencia dentro del excelente Congreso de Arquitectura forum babel. Allí nos asombraron con su desparpajo y seguridad en sus planteamientos que unidos a un desbordante entusiasmo, hizo que les echásemos el ojo, y que no les perdiéramos la pista hasta el momento presente, donde han tenido la gentileza de concedernos su tiempo y dedicación.

EUROPAN9-La montaña mágica

EUROPAN9-La montaña mágica

A día de hoy tanto Pablo como Fernando, funcionan como una cedula independiente que se va agrupando con otras según se van produciendo los acontecimientos, con excelentes resultados como la colaboración con Cano Lasso en la ciudad de la justicia.

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FRPO (FRPO NOLASTER) + cano lasso – ciudad de la justicia

Así que como vemos siguen poniendo sus miras en los concursos públicos de arquitectura, pero ya no se cierran a territorio nacional sino que empiezan a apuntar hacía otras tierras que quizás puedan ser todavía más fértiles en centro Europa. El jugar en como equipo visitante no es nuevo para ellos ya que ambos tienen experiencia en el extranjero con estancias en Chicago y colaboraciones en estudios europeos de la talla de MVRDV.

ENTREVISTA

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CASA OS – fotografía realizada por José Hevia

– ¿Cuál es la  idea que teníais de la carrera y de lo que era ser arquitecto cuando la comenzasteis?

Evidentemente, respecto al ejercicio de la profesión teníamos una idea muy distinta de aquello que hemos encontrado cuando nos establecimos por nuestra cuenta. La imagen de la vieja escuadra, respetada, es muy distinta de la que afrontamos todos nosotros hoy. La carrera, con sus carencias y sus sorpresas, estuvo a la altura de lo que podríamos esperar. Hasta cierto punto podemos pensar que la Escuela de Madrid tiene su gran potencial en esa inmensa masa crítica de profesores y alumnos que forzosamente lleva a un intercambio de voluntades e ilusiones que la mantiene viva.

– ¿Cómo valoráis  vuestra etapa universitaria? ¿Qué es lo que más os motivaba cuando erais estudiantes?

Tuvimos la gran suerte de encontrarnos muy pronto, en el primer mes de clase del primer año, nosotros dos y con nuestros compañeros del antiguo Nolaster. Eso nos proporcionó una compañía impagable durante toda la carrera, fue creando unas sinergias tremendas, tanto trabajando en grupo en Urbanismo, haciendo las prácticas de Estructuras o ayudándonos antes de las entregas de Proyectos. Alguien dijo una vez que esta carrera no podía hacerse solo, que era fundamental formar parte de un grupo dentro del cual crecer y ayudarse. Nosotros fuimos parte de un grupo estupendo que a día de hoy sigue compartiendo muchas cosas en el ámbito profesional.

Chicago y Berlín, en nuestra última etapa, esta vez en solitario, nos aportaron una formación distinta y nuevos compañeros de viaje, compañeros de clase y profesores que modelaron nuestro final académico.

– ¿Recordáis algún maestro con especial cariño?

Nuestro primer contacto con la arquitectura se lo debemos a nuestro profesor de Dibujo Técnico de primero, Manuel Pina, la primera persona en hablarnos de Aalto, Terragni o Bramante. El año de clases con Alberto Campo, Suso Aparicio y Juan Carlos Sancho fue quizás el más intenso, nuestro primer curso de Proyectos, cuando más pudimos absorber. Christiaanse en Berlín y Fujikawa en Chicago, Andrés Cánovas, Juan Herreros e Iñaki Abalos, todos ellos fueron muy importantes en esos años. Tenemos la suerte, cada uno de nosotros, de mantener relación más o menos estrecha con alguno de ellos, relaciones que siempre nos han aportado gran satisfacción. Nos hemos encontrado o buscado en numerosas ocasiones después de la Universidad, y es muy grato poder seguir hablando con muchos de ellos de aquello que nos preocupa, nos interesa o nos sorprende…

– ¿De qué manera entendéis que debiera ser la enseñanza de la arquitectura del siglo XXI? ¿Cómo pensáis que debe ser la relación alumno – profesor?

A la escuela de Madrid le vendría bien, desde nuestro humilde punto de vista, un buen baño de realidad. Entendiendo que el periodo universitario es muy valioso precisamente por permitir escapar de una realidad que (dicen) limita la capacidad imaginativa, una buena formación como empresarios nos vendría muy bien a todos a la hora de establecernos como profesionales…

– Y sobre el tema del doctorado que nos contáis. ¿En que medida creéis que afectará el proceso Bolonia al actual sistema educativo?

A día de hoy no somos todavía capaces de entender qué supone Bolonia en nuestra formación previa y mucho menos en la futura. El programa de doctorado que seguimos, en extinción desde este año, es el único marco en el que nos sentimos más o menos cómodos por la sencilla razón de ser el que conocemos y entendemos. Parece que el Proceso de Bolonia va a afectar a este programa de doctorado que ya desaparece acelerando los procesos de elaboración de las Tesis. En nuestra disciplina es frecuente que las Tesis se lean con más años de profesión encima que en otras Escuelas y Facultades, al menos dentro del Departamento de Proyectos. Esto puede interpretarse, por un lado, como un fallo en el sistema, pero hay una lectura más positiva acerca de este fenómeno que tiene que ver con la voluntad de elaborar Tesis propositivas, más allá del revisionismo crítico, que aporten frescura y herramientas de trabajo al proceso de proyecto. Para esto la experiencia profesional, en cierta forma también una investigación muy personal, es importante. Bolonia acelerará la lectura de la tesis, y eso será bueno, pero se corre el riesgo de quedarnos sin aquellas aportaciones más interesantes, las de los arquitectos que desean ser doctores tras una trayectoria que tiene mucho que aportar a la comunidad académica, más allá de la investigación más ortodoxa.

– ¿Cómo  se produjo vuestro  desembarco en la vida real? Contadnos un poco de los estudios con los que colaborasteis antes de formar el vuestro.

Trabajamos en Chicago, en Berlín y en Rotterdam, luego en Madrid, MVRDV, Abalos & Herreros, la revista Arquitectura Viva… simultáneamente habíamos establecido un pequeño estudio con nuestros socios de Nolaster para desarrollar nuestros PFCs y comenzamos con el proyecto de la Casa OS. Más o menos cuando la obra estaba terminándose decidimos dar continuidad al trabajo que llevábamos haciendo en el estudio – concursos, pequeñas obras – compatibilizándolo con medias jornadas en otros estudios o en la Escuela, hasta que a finales de 2007 decidimos establecernos de forma definitiva como estudio independiente.

– ¿De lo que imaginabais que iban a ser estos primeros años profesionales, a lo que os ha sucedido, existe mucha diferencia?

Estos primeros años los afrontamos con mucha ilusión, enormes energías y muchas horas de trabajo. La consecución de la Casa OS supuso un espaldarazo a lo que estábamos haciendo. Nos dio fuerzas para seguir luchando por conseguir lo que buscamos. Y en ello estamos.

– ¿Hasta que punto entendéis importante para vosotros viajar  y visitar obras de arquitectura?

Viajar es fundamental. En la medida en que te lo permita tu economía, salir fuera – de tu ciudad o de tu país- ha formado parte de nuestra educación desde niños, primero con nuestras familias, luego como adolescentes, más tarde como estudiantes y ahora como profesionales. Es fundamental para entender la realidad, mucho más allá de la arquitectura, para establecer referencias culturales y sociales, para crecer. Partiendo de esta base, y asumiendo la ubicuidad de la arquitectura en el medio, casi constituye un acto reflejo. Una ciudad nueva te empapa de arquitectura. No es necesario buscarlo. Más allá de todo esto, y empezando por los clásicos, nuestros intereses nos han ido llevando a buscar en ciertos momentos determinados edificios o lugares cuya visita ha resultado muy importante. Entre obra de arquitectura y ciudad, no obstante, podemos decir que elegimos el completo…

– Y sobre la lectura de arquitectura, qué nos contáis. Nos recomendáis algún libro en especial.

Hace unos meses nos encontramos proyectando una iglesia en una ciudad del centro de España. Después de varios intentos desechados entendimos que más allá de la arquitectura religiosa contemporánea no teníamos nada interesante en las estanterías del estudio. Trajimos de casa todos los libros de arquitectura románica y gótica, barroca y renacentista que teníamos y los pusimos sobre la mesa. Fue muy tranquilizador saber que estaban allí. Saber que la modernidad necesita de vez en cuando nutrirse de la historia.

En la mesa de trabajo del estudio tenemos, ahora mismo, libros de muy distinto pelaje. Exactamente los siguientes: A History of Architecture (Sir Banister Fletcher), The Charged Void: Architecture (Alison & Peter Smithson), Informal (Cecil Balmond), Natural History (Herzog & de Meuron), Large Parks (Julia Czerniak) y As built (Caruso St John). De todo. Las revistas son importantes, las lecturas que encuentras cuando te sumerges en el doctorado también.

– Empezasteis  con un equipo de  seis componentes para pasar a dividiros en dos partes. ¿Cómo se ha producido esta transición hacia la actual estructura?

Nolaster fue el nombre que le pusimos en 2005 o 2004 a algo que ya existía: una estrecha relación personal, académica y en esos momentos ya profesional entre Carmina Casajuana, Arturo Romero, Marcos González, Beatriz Casares, Pablo Oriol y Fernando Rodríguez.

Una estructura que había nacido en forma de grupo de amigos en 1995, en clase de Análisis de Formas I y que fue evolucionando hasta convertirse en un estudio formado por seis socios. Fueron tiempos estupendos, en los que todos trabajamos muy duro, aprendimos mucho y compartimos más. El siguiente paso en la evolución natural de ese trabajo fue dividirnos por motivos de organización, y así nacieron FRPO y MYCC. Afortunadamente, como bien decimos en la web, seguimos compartiendo tiempo y espacio físico, lo cual es estupendo para todos. Por nuestra parte FRPO se convirtió por cuestiones ajenas a todo este ajetreo en una SLP, y poco más. Seguimos dándole duro, nosotros y nuestros compañeros MYCC, y seguimos hablando de todo lo que hacemos, viéndolo y brindando juntos cuando hay algo que celebrar.

– ¿Cómo tenéis organizado el estudio FRPO  (FRPO NOLASTER), que funciones desempeña cada uno vosotros?

En este momento el estudio lo formamos los dos socios, con atribuciones idénticas sobre el papel y de facto, y dos colaboradores, Pastora Cotero y Cornelius Schmitz. Nosotros dos hacemos de todo menos escribir y leer francés y alemán – aunque a veces lo intentamos – pensamos juntos, discutimos juntos, y cuando algo está ya encaminado alguno de los dos se encarga de dirigirlo mientras el otro hace lo propio con otro proyecto.

No sabemos si es la forma óptima de funcionar, pero es la que tenemos, la que vamos construyendo juntos. Hay pocas cosas establecidas, la mayoría de ellas las ensayamos, vamos aprendiendo cómo hacer este camino juntos en cada concurso, en cada proyecto.

–  ¿Podríais describirnos como es vuestro día a día? ¿Tenéis un horario fijo de trabajo?

Nuestro día a día debe sonarle a muchos compañeros…. A las nueve y media nos ponemos en marcha normalmente, y a las siete y media, también si la normalidad lo permite, nos despedimos, parando una hora o dos para comer… con los años hemos aprendido a no trabajar los fines de semana, a no pensar que el día no tiene fin. Evidentemente hay ocasiones que requieren esfuerzos extra, pero queremos pensar que las estamos aprendiendo a controlar. A veces hay otras actividades que se cruzan en el día, como eran las clases como Profesor de Proyectos en la ETSAM o cualquier otra cosa que requiera nuestra atención.

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OMC GINEBRA  – FRPO (FRPO NOLASTER)

– Sabemos que apostáis por la mezcla de usos y la hibridación de los edificios. ¿Cómo pensáis que estos temas se ven reflejados en vuestra obra?

Las propuestas en las que, como decís, hemos apostado por la mezcla de usos, tenían una relación muy directa con la construcción de la ciudad. Eran de gran escala, generalmente ligadas a reordenaciones de espacios consolidados – la Montaña Mágica de Santander, Union Station en Chicago

– o a periferias por desarrollar – Europan Valladolid – pero siempre formaban parte de algo que ya estaba sucediendo en cierta forma y simplemente asumíamos. En realidad la mezcla de usos, como estrategia de revitalización de espacios urbanos o de creación de nuevos barrios, nos parece interesante. Tristemente la normativa no está tan avanzada como lo están las propuestas de los arquitectos en esta dirección. Pero la mezcla de usos en un edificio, sin más, no nos resulta tan estimulante. Un buen edificio no puede dejar depender su calidad arquitectónica de decisiones que afectan, en primera instancia, al programa. La hibridación puede ser una anécdota programática o tener la potencia necesaria para ser el tema del proyecto. Pero por sí sola no nos parece que tenga valor propositivo. En la Escuela, desde el otro lado de la barrera, hemos visto alumnos confundidos que manejando términos tan provocadores como lo fue en su día este, no entendían por qué su proyecto no estaba bien armado. Todas estas cuestiones han de ser catalizadoras de decisiones arquitectónicas, nunca fin en sí mismas. Y puestos a mezclar, mejor apilar, ¿no?.

– ¿Qué nos contáis de temas como  la densidad, la compacidad y la construcción en altura en vuestras propuestas?

De la misma forma que la mezcla de usos, la alta densidad aparece en nuestro trabajo cuando éste trata de dar respuesta a un ámbito de escala mayor. No hay nada que hayamos descubierto acerca de todo esto, los postulados que nos interesan son los que circulan en la profesión, los que se actualizan y entran en carga cuando experimentamos sucesos urbanísticos como Sanchinarro: por debajo de una determinada densidad desaparece el comercio de proximidad, y por tanto la vida del espacio público, es imposible hacer ciudad. Respecto a la compacidad, nos interesa más la objetualización de la arquitectura, el entendimiento de lo cóncavo y lo convexo en la materia arquitectónica, la capacidad de ésta de manifestarse de forma clara y percibirse de un plumazo. O todo lo contrario, en cualquier caso siempre tratamos de controlar este tema desde el  principio, con cierta voluntad de lograr esa compacidad o la disgregación contraria. Trabajar con elementos de programa primarios, transformados en espacios concretos, y pensar las relaciones entre ellos nos permite hallar situaciones interesantes, parecidas pero no dogmáticas: la Casa OS, el edificio del Campus de la Justicia, la Casa Inés, todos ellos son proyectos que buscan una complejidad espacial a partir de la combinación de elementos sencillos. Esto va más allá de nuestro eventual interés por la compacidad, busca la unidad perceptiva a partir de adiciones controladas…

– Otra de las cosas de las que os gusta  hablar, es de cómo el usuario se va apropiando de la vivienda y de alguna forma mantiene vivo el proyecto. ¿Podrías profundizar en este concepto?

En realidad parece que tiene que ver con el respeto. El respeto de la arquitectura hacia aquellos que la demandan. La capacidad de los espacios de asumir cualquier intención del habitante, su voluntad de cambiar los muebles cuando se canse de ellos o no sean útiles o el crecimiento y la posterior merma del número de miembros de una familia… respeto y flexibilidad en contenedores comprometidos con la contemporaneidad… intentamos no forzar al usuario, por muy rígido que sea su programa de necesidades, a comprometerse con él de por vida. Al fin y al cabo los edificios requieren continuamente transformaciones que los adecuen a nuevos usos. Intentar minimizar esas hipotéticas remodelaciones, ese coste futuro, con respeto y flexibilidad.

– Qué nos contáis sobre la identidad y la pertenencia al lugar en vuestra arquitectura.

Ah! Los suelos, la materialidad y las pátinas, el paso del tiempo, los reflejos, todos son temas que tenemos encima de la mesa, que ensayamos cuando tenemos la oportunidad de hacerlo… Anish Kapur ha construido una escultura alucinante en el Grant Park de Chicago que parece que siempre estuvo allí. Esto nos interesa.

– ¿En que manera aparecen las metáforas en vuestros planteamientos?

Intentamos no abusar de ellas. Las metáforas son útiles de cara al cliente, al político, al que tiene que presentar un proyecto y tiene que poder hablar de él. Las metáforas ayudan a que el ciudadano se apropie de la arquitectura. Pero la metáfora formal es peligrosa, el objeto ha de ser arquitectónico y generar referencias sutiles, no ha de ser nada más que lo que es, un objeto arquitectónico ligado a un lugar específico, en un momento concreto del tiempo y a cierta memoria colectiva de la que tiene que formar parte. En Ginebra, por ejemplo, las referencias a una burbuja jabonosa, como pensamos el edificio, ayudaron a materializarlo, a hacerlo real. Pero deberían agotarse ahí. El propio proyecto sigue adelante y cuando acabas ves que, por fortuna, esa metáfora inicial ha servido para conseguir algo distinto, mejor, que la supera.

-. ¿Cómo veis los concursos de arquitectura?  ¿Qué creéis que se podría mejorar de ellos? ¿Cómo veis el tema del desmedido número de participantes en cada convocatoria?

Hacemos muchos concursos, por un lado porque es la manera de acceder a encargos de entidad y por otra porque posibilitan ensayar todo lo que se cuece en nuestras cabezas en un momento dado. Nos gustaría también que los concursos fueran más serios, que exigieran una vinculación mayor al convocante con el propio proceso. En Madrid se ha avanzado mucho gracias a la intervención de la OCAM y a los convenios que ésta ha suscrito con muchas instituciones públicas, como el Ayuntamiento de Madrid o la Comunidad. El concurso de arquitectura mantiene viva la profesión, los costes de este sistema son altos para los arquitectos, quizás insostenibles a medio plazo en sus términos actuales, pero queremos pensar que aseguran que la arquitectura pública sea de mayor calidad… De cualquier modo pensar en la cantidad de trabajo, de energía, de todos y cada uno de los que concurrimos a un mismo concurso, que se queda en el papel hace cuando menos plantearse si el sistema acabará generando una nueva disciplina de papel, de revista e infografía que no sería buena para nadie. Esto da vértigo. Y un poco de miedo…

– Parece que os estáis animando a concursar incluso en el extranjero, con excelentes resultados como el segundo premio en la ampliación de la sede de la OMC en Ginebra. ¿Que diferencias notáis respecto a los concursos españoles?

En septiembre vimos cómo el Proyecto del Edificio de Accesos y Servicios del Campus de la Justicia de Madrid quedaba parado, se nos cayeron los poquitos encargos privados que teníamos y decidimos probar suerte fuera de España, en vista de la desmedida afluencia de participantes a un número cada vez menor de concursos públicos. Por inercia pensamos en Alemania, acabamos estrenándonos en Suiza, con el concurso para la Ampliación de la Sede de la OMC en Ginebra, y no nos fue mal. Fue una decisión arriesgada, es duro hacer un concurso en una lengua que no es la tuya, con unos procedimientos que no conoces y tener que entregarlo lejos de casa. Chicago, Lucerna, Ginebra, Zürich, Berlín… seguimos en ello. Este proceso nos ha llevado a tender puentes entre oficinas extranjeras y nuestro estudio. En primavera fuimos socios de James Corner – Field Operations en el concurso del Parque de Valdebebas de Madrid, anteriormente habíamos preparado candidaturas conjuntas con estudios daneses (SLA, BIG) para ir juntos a concursos en España, y aunque el resultado no fue positivo, el proceso de colaboración fue muy estimulante y agradable. Quizás la internacionalización de nuestro trabajo sea un revulsivo eficaz contra la omnipresente crisis. Nosotros seguimos apostando por ello.

– El proyecto lo realizasteis en colaboración con el Estudio de Cano Lasso. ¿Cómo se  produjo la posibilidad de colaboración y de qué forma os organizasteis para desarrollar el proyecto de manera conjunta?

La historia de nuestra colaboración con Diego, Alfonso y Gonzalo Cano responde a causas muy diferentes de las que uno tiende a pensar. Nos conocimos de forma casual, a través de personas cercanas que confiaban en que podíamos llegar a hacer algo juntos. Así nos encontramos. Nunca habíamos trabajado para ellos, ni habían sido profesores nuestros. Confiaron en nosotros y así surgió la posibilidad de presentarnos juntos al Concurso del Edificio de Accesos y Servicios, un proceso enormemente enriquecedor para nosotros, que resultó bien, y que estamos deseosos de continuar junto a ellos. De hecho seguimos colaborando con el Estudio Cano Lasso en distintos asuntos, y siempre contentos de hacerlo.

– ¿Cómo pensáis que debe ser la relación cliente – arquitecto? Podrías describirnos como se desarrolló esta interacción en la casa OS?

La Casa OS fue un proyecto muy especial en muchos aspectos. La propiedad era conocida y de confianza, y lo que es más importante, nosotros fuimos de confianza para ellos desde el principio. En nuestra corta experiencia hemos visto cómo la confianza en el arquitecto como profesional específico – algo difícil de transmitir en los tiempos que corren – genera una relación con el cliente productiva. El cliente privado es complicado, el público no parece distinto. En cualquier caso por nuestra parte nos esforzamos en transmitir la idea de que somos, por nuestra profesión, los encargados no solo de resolver lo que el cliente tiene en la cabeza, si no de convertirlo en algo mejor. Esto es el arquitecto.

– ¿Os resultó complicado asumir el “desafío” de la propiedad con un programa tan complejo?

La propiedad era cercana, lo cual implica un grado de vinculación con el resultado final completo, un para siempre. Por otro lado fue muy sencillo. El lugar tenía tanta fuerza, era tan bestia, nuestras energías tan desmedidas y los requerimientos del programa tan complejo que lo raro es que el choque de todas esas fuerzas produjera un elemento tan sereno como es la casa.

– Contadnos un poco el proceso del proyecto de la casa. ¿En cuánto tiempo se desarrolló? ¿Mantuvisteis muchas reuniones con la propiedad?

Nosotros acabábamos de salir de la Escuela, y nos encontramos con esta grandísima oportunidad de convertirnos en algo real. Somos conscientes de lo extraordinario de la situación: el cliente, el programa, el lugar, todo fueron facilidades. El proceso de proyecto fue largo, hubo muchas idas y venidas, llegamos incluso a entregar un básico de un proyecto bastante distinto. Paramos, había cosas que no nos convencían y volvimos atrás. Así llegamos al proyecto final, que fue construido por fortuna con mucha fidelidad respecto a lo que estaba pensado y decidido. Algunas cosas, no obstante, se perdieron por el camino y otras aparecieron, hubo que trabajar mucho con la propiedad para convencernos mutuamente de aspectos que tenían que ser consensuados.

– Cómo se desarrollo su construcción.  ¿Tuvisteis algún problema durante la obra?

La obra de la Casa fue relativamente bien. Hubo un momento de gran desconfianza, cuando teníamos que levantar los paramentos verticales, todos de junta seca – cartón yeso, espuma de poiuretano y zinc

y la constructora no tenía mucha fe en la idoneidad constructiva del sistema… los arquitectos técnicos siempre estuvieron cerca de nosotros, y aprendimos mucho juntos. Nos conocíamos antes y hemos seguido trabajando con ellos. Ir y volver a Santander desde Madrid en el día une mucho, a arquitectos, aparejadores y constructores…  tenemos un recuerdo muy grato de todo aquello. Evidentemente hubo problemas, discusiones muy desagradables y desencuentros de cada parte con las demás implicadas, pero entendemos que no más de los que cabía esperar.

– ¿Cómo fue la relación con el fotógrafo Jan Bitter?

Muy divertida. Se alojó en la casa con todos nosotros, y pasamos un fin de semana duro, de mucho trabajo, pero muy divertido. Es un profesional tremendo, y un tío muy gracioso, en alemán, claro. El otro fotógrafo con quien mantenemos muy buena relación es José Hevia, el primero en fotografiar la Casa OS y con quien trabajamos con asiduidad. No tuvimos la ocasión de estar presentes en la sesión de fotos que hizo de la Casa, pero sí en otras posteriores.

– Y para terminar si os parece lo hacemos con una especie de juego;  Os damos un nombre y nos decís la primera palabra que os venga a la mente, ahí van:

. Le Corbusier

Rampa del Carpenter Center.

. Alvar Aalto

Aparejo de ladrillo – alucinante.

. Álvaro Siza

De repente aparece algo como la Casa Van Middelem-Dupont…

. Zaha Hadid

Un ejemplo a seguir en las clases de Análisis de Formas de primero.

. Iñaki Ábalos Juan Herreros

Profesores, Tutores de PFC, Jefes.

. MVRDV

Winy Maas, un estudio precioso, muy agradable.

GRACIAS POR LEERNOS
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