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Blog de STEPIEN Y BARNO – publicación digital sobre arquitectura
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NOVENO MANDAMIENTO DEL ARQUITECTO PRODUCTIVO: Santificarás la creatividad #ArquitectoProductivo

Aunque parece que fue ayer cuando comenzábamos esta serie del “Arquitecto productivo”, ha pasado mucho tiempo desde el primer post y, con la reflexión de hoy, llegamos casi a su fin.

Esperamos que estos pensamientos en voz alta estén siendo de vuestro interés y que os estén aportando para ser cada día un poquito más eficientes.

Muchos de los temas que hemos ido tratado, son, en principio, ajenos a nuestra disciplina arquitectónica; pero, justo el asunto de hoy, con la creatividad por bandera, nos hace poner encima de la mesa una fortaleza que, como arquitect@s, tenemos tod@s nosotr@s.

 

1_ REUNIONES CON UNO MISMO

Desde la universidad nos recordamos como estudiantes bastante organizados; después, cuando estuvimos trabajando para otros arquitect@s, siempre nos gustó estar en ambientes que tuvieran cierto orden.

Más adelante, en el 2004, montamos nuestro propio estudio de arquitectura y, sin haber leído ni una línea de temas de gestión (de ningún tipo) ni de productividad, sobrevivimos a todo lo que supone una experiencia como esta.

Cierto es que, aunque hayan pasado poco más de diez años, en ese momento había mucho menos ruido que ahora; internet era otra cosa, y La Nueva Era digital estaba naciendo. Las interrupciones eran mucho menores y no había una sobreinformación ensordecedora como hay ahora.

En cualquier caso, visto hoy, nos parece casi increíble que, por un lado, desde la propia escuela, no se nos hubiera formado más en este campo y que, por otro, nosotros mismos no lo hubiéramos hecho.

En cualquier caso, como en la mayoría de los estudios de arquitectura, a trancas y barrancas, todo fue más o menos saliendo y, al final, aquí estamos.

Pero, por suerte, desde hace como cinco años, coincidiendo con nuestro interés en el tema de la Identidad Digital fuimos poco a poco, leyendo y formándonos tanto en temas de vertiente más empresarial como en temas de productividad. Todo esto hizo que, nuestro día a día fuera infinitamente más provechoso, en todos los sentidos, y, es por eso que, hemos querido con estos diez post poner en palabras mucho de lo aprendido hasta ahora.

A partir de aquí, hemos podido ser mucho más creativos, tanto cuando nos poníamos con temas más arquitectónicos, como con temas más “empresariales”.

 

Ser creativo a la hora de organizar la administración de la empresa (estudio de arquitectura), es algo fundamental y lo mejor es empezar por la casa propia.

Está claro que, los arquitectos con un poco de formación, podemos poner nuestra creatividad, al servicio de otros en temas bien lejanos de la propia arquitectura. Por aquí hay buen camino que se puede recorrer.

Como bien dice el arquitecto y Coach, Joan Vergara,

“(…) El caso es que nuestra profesión es muy exigente. Además de toda esa creatividad del arquitecto y esa capacidad de no perder de vista los objetivos (por ejemplo, la funcionalidad), también se necesita un buen componente verde para establecer procesos y cuidar lo concreto.” (0)

 

Hay tres temas que han sido los últimos en incorporarse en nuestro día a día, pero que han hecho que este último año, haya sido mucho mejor que los anteriores.

1_  La parcelación del tiempo –con control de las interrupciones a lo bestia- y, sobre todo, comenzar el día con mucha tranquilidad (hora de oro), sesenta minutos de desembarco hasta llegar al modo “oficina on”.

Esto es lo que viene a llamarse Time Blocking y si queréis saber más sobre el tema, os animamos a echar un ojo a este pos de MasyMejor.

2_ La implantación total del sistema GTD (1).

3_ El descubrimiento de la eficiencia de la reunión con nosotros mismos (RCM).

De hecho, de esta reunión se habla más bien poco, y para nosotros es mano de santo.

Así, hacemos por lo menos una reunión al día por la mañana y una más larga una vez a la semana (de unas dos horas, sin ordenador ni internet) por las tardes.

Está más que demostrado que tener nuestra “hora de oro” todos los días (hora, aparentemente improductiva, pero que hace que todo el día vaya mucho mejor), parar una tarde a la semana para planificar o irte un par de días cada trimestre a desconectar y sólo pensar en tu negocio, son prácticas más que rentables.

Eso sí, irte a seguir con  los proyectos de tu estudio ¡también lo puedes hacer! Pero, lo que interesa es irte a reflexionar en temas de tu estudio de arquitectura.

Tener claros estos tres pilares ha hecho que hayamos desbarrado menos de lo habitual, y sintamos que vamos en la dirección correcta. El camino por recorrer es grande pero la luz al final del túnel es clara.

 

Siguiendo estas ideas de poder centrarnos con más facilidad en lo realmente importante, se apunta en el blog menosSmas,

“¿Has pensado alguna vez que al igual que programas citas profesionales, con tu familia o con tus amigos debes programarte citas para ti?

Es fundamental, que, de cuando en cuando, seas egoísta y te fijes momentos para estar contigo mismo, para pensar o hacer actividades para ti. Al final, tendemos a tener tiempo para todo y todos menos para nosotros, y eso a la corta o a la larga pasa factura. (…)

Es fundamental el disponer de tiempo para nosotros, para tomar impulso y ayudar a los demás en sus actividades, al final ellos lo van a agradecer.

Por todo ello, os recomiendo el que os fijéis en vuestro calendario citas donde estéis con vosotros, os miméis, que hagáis algo que os guste u os motive mucho.” (2)

 

En este mundo de hiper-conexión es más necesario que nunca poder estar desconectado –por lo menos de vez en cuando- para tener la perspectiva suficiente de las cosas.

Sobre este asunto puedes leer este post de Rubén Alzola: Focus, la belleza de la desconexión

 

Así, pensamos que es un buen plan cambiar de aires de vez en cuando; no estar siempre en la misma mesa delante de tu pantalla de ordenador. Nuestro cerebro necesita romper la monotonía.

Sería aconsejable ir más a tu cafería preferida y ¡monta tu oficina allá! no necesitas ordenador para ello. Saca una hoja en blanco y regálate una hora para pensar (o sentir) en lo que vaya viniendo; si no lo sueles hacer, te sorprenderás de la eficiencia de estos ratos. Recuerda que es importante fijar objetivos a alcanzar y tener tiempo para que la perspectiva de tu actividad sea clara. No es tan importante planificar todo (lo cual puede ser contraproducente), sino tener clara la dirección de partida y, como dice el método Kaizen, ir pasito a pasito.

En este sentido Jose Ignacio Azkue apunta que,

“(…) El Kaizen es una técnica que sintoniza perfectamente con nuestra condición biológica (lo explican mejor autores como Robert Maurer). Al parecer, nuestro cerebro rechaza de manera inconsciente los grandes cambios y reacciona con temor, anulando cualquier motivación al cambio. Sin embargo, si realizamos pequeñas pero constantes acciones en dirección a un objetivo, el cerebro se siente a gusto, y vivenciamos una motivación acumulativa. Su principio es muy simple: una serie de mejoras continuas y pequeñas  es mejor y más fácil de lograr que un solo cambio grande.

Esta simple idea y su enorme poder, están basados en que así es más fácil anular nuestra predisposición natural al miedo que nos producen los cambios,  las cosas nuevas, los retos por sencillos que sean, y de esta manera podemos poner fin a ese impulso tan humano que nos lleva a la posposición irracional de nuestros trabajos, compromisos y obligaciones, es decir, nos evita caer en la procrastinación.” (3)

 

Tiempo para no hacer nada (¡benditas y siempre poco valoradas siestas!!), tiempo para aficiones, familia y amigos, tiempo para que te vengan ideas, y tiempo para ejecutar las tareas de día a día. Sí ya… que esto dicho así es muy bonito, pero estarás pensando: “ya querría ver yo a los listos que escriben este post en mi día a día”. Bueno, nuestro día a día no es el tuyo, pero los expertos en productividad nos están diciendo que saber parar y tener tiempo para algo más que “hacer tarea” es lo más productivo que podemos hacer. Trabajar 14 horas al día no es productivo, sino justo lo contrario aunque te parezca increíble. Tú puedes hacer caso a los que saben o hacer lo que haces siempre. Nosotros ya hemos elegido hace tiempo.

 

Tu tiempo lo debieras santificar. Si quieres ser eficiente a lo largo del día, es muy bueno que tengas tiempos fijos para todo lo que te gusta desde estar en familia hasta hacer deporte y  respetar los fines de semana debiera ser sagrado.

No sagrado para no trabajar, sino para hacer lo que más te guste, lo que más quieras y si es, en verdad, seguir pensando en un proyecto, pues hazlo; pero que no sea porque el día a día te pudo y no te queden más remedio que estar en la oficina el sábado cuando tú lo que quieres es estar, por ejemplo, con tus niñ@s.

2_ ¿QUÉ HACER CON LA INSPIRACIÓN?

¿Te acuerdas cuando estabas en la escuela y éramos como poseídos por algo que nos llevaba a estar con la idea del proyecto al doscientos por cien?

Esa pasión, ese entusiasmo que había entonces, es bueno rescatarlo y si somos capaces de llevarlo más allá de la arquitectura, mejor que mejor.

A los arquitectos se nos da bien el tema de la inspiración, sabemos de ella y sería bueno llevarla más allá de la idea de proyecto; ser capaces de hacer incluso temas burocráticos con inspiración es posible y cuanto más nos acerquemos a ellos, menos pesados se nos harán.

Estar en ese momento de inspiración total para nosotros es algo habitual y de tan normal que nos parece, seguramente, no valoramos suficiente esta cualidad.

Como dice, Francisco Sáez, experto en productividad y creador de una de las mejores herramientas de gestión de tareas (Facilethings),

“(…) Aunque tu capacidad creativa puede ser muy variable, siempre tendrás momentos especiales de inspiración. Momentos en que, sin saber cómo ni por qué, experimentarás una explosión de creatividad. De pronto, se te ocurre una idea maravillosa que te ayudará a acometer un determinado proyecto. Te vienen a la cabeza un montón de cosas que podrías aplicar y—estás seguro—producirán un resultado sensacional. Tu cabeza hierve, no puedes dejar de pensar.

Pero no haces nada. No toca, o no puedes. Estás con otros temas, con otros proyectos o, simplemente, es fin de semana, y se supone que debes hacer otras cosas. Y la inspiración, tal como vino, se va. Y ya no volverás a entusiasmarte con ello. Y habrás desperdiciado una gran oportunidad de hacer algo especial.” (4)

 

Evidentemente, hay que estar preparado para traducir en realidad esa inspiración. Se dice que a Mozart le venían más de 5 composiciones a la vez y que, en realidad, su gran talento era ser capaz de traducir en papel cada una de ellas. Su memoria era increíble y cuando le llevaron al Vaticano a escuchar una de las composiciones secretas, fue capaz, al llegar a casa, de transcribir, nota a nota, todo lo que había escuchado ¡con lo cual dejó de ser tan secreto!

Pero bueno… estamos hablando de un caso excepcional que solo nos puede servir de guía a la hora de ser conscientes de lo importante de bajar a tierra las grandes ideas que tenemos, pero que muchas veces se las lleva el viento.

 

Aunque productividad y los términos de inspiración y creatividad, puedan parecer casi opuestos; la realidad es que van totalmente de la mano. De hecho, a veces,  gente muy creativa se termina perdiendo en su propia creatividad y no son capaces de atender a cuestiones más mundanas, pero también necesarias.

En estos casos, la eficiencia personal brilla por su ausencia y les puede llevar al hoyo, sirviéndoles de poco ser tan creativas.

Seguro que tienes en mente más de una persona así, ¿no?

 

De hecho tener buenas ideas, no es tan complicado, lo difícil es saber traducirlas en realidad.

Pablo Picasso venía  a decir que es bueno que la inspiración te pille trabajando; pero, no es menos cierto que la inspiración, muchas veces, viene precisamente porque nos salimos del modo “trabajo on”. Cuando nos relajamos y estamos a otra cosa, o mejor aún a ninguna cosa, es cuando puede venir la magia.

Eso sí, el mismo Picasso trabajaba con un horario bastante clásico de ocho horas. Gente del mundo de la música, que de partida pudiéramos pensar que van más a su bola, también, en muchas ocasiones tienen un horario muy espartano. Nuestros paisanos, Barricada, afirmaban que son muy disciplinados y todas la mañanas de nueve a dos, salvo que estuviesen de gira, ensayaban de manera constante.

En cualquier caso, como bien sabemos los arquitectos, las mejores soluciones a tu proyecto no tienen por qué venir cuando tú quieras que vengan (ni mucho menos en el estudio a las 12 de la mañana después de que el constructor de la obra que llevas te haya vuelto loco por teléfono).

¿No te ha pasado que cuando estás en la ducha y, después de un día nefasto, ver la solución a algo que no habías visto en toda la jornada? Como comenta Gabriel García de Oro, “(…) no hay nada menos productivo que el afán de productividad.” (5)

 

A veces, podemos ser muy productivos, siendo aparentemente improductivos y, lo que es seguro es que, para ser, finalmente, productivos, en según qué momentos, hemos de ser altamente “improductivos”. Paradojas de la vida.

 

A su vez, no hay que olvidar que la intuición y la creatividad, muchas veces juegan en una liga diferente del pensamiento lógico. Éste es, evidentemente, necesario, pero de tanto usar el cerebro izquierdo, el cerebro derecho (más en contacto con nuestro mundo creativo y sensible) queda en tierra de nadie.

Así, este mundo más frío y racional, podría no tener tan en cuenta a las personas que tenemos cerca; de hecho, muchas de las tareas que hacemos, se hacen por/con/para personas y debiéramos tener esta componente más humano y delicado bien presente.

Para ser productivos de una manera completa, en realidad, necesitamos también contactar con estos terrenos más emocionales. Sería como una especie de alianza entre efectividad y afectividad. Por ahí van los tiros.

En esta línea nos gustó leer en el blog de Rubén Alzola, lo siguiente:

“(…) Cuando GTD habla de revisiones, lo hace siempre refiriéndose a revisiones sobre su propio sistema (cómo van los proyectos, organizar las tareas en sus correspondientes contextos, fijar las acciones del día siguiente, etc.).

Creo, no obstante, que puede ser necesario reservar un pequeño hueco (10 minutos pueden servir) al final del día para repasar nuestro comportamiento desde el punto de vista emocional. Las habilidades blandas resultan las más duras de mejorar.” (6)

 

Como avisaba Martin Buber, hace muchos años, tenemos cierta tendencia a “cosificar” a las personas; lo cual, además de hacernos menos humanos, nos lleva a estados de estrés y ansiedad. Cuanto más presente tengamos al otro y mejor le tratemos, mejor será nuestra propia calidad de vida. Como bien apunta Alberto Barbero,

“(…)  podrías fácilmente caer en, aun siendo muy productivo con tus tareas, no serlo tanto con tus relaciones. Si utilizas GTD tienes la ventaja de que te va a ayudar a cumplir mejor con tus compromisos y a estar enfocado. Y esto hace casi seguro que vayas a prestar más atención a las personas cuando estás con ellas y a generar confianza. Sin embargo creo que si queremos ser plenamente productivos deberíamos cultivar y poner una atención específica en cómo interactuamos con otras personas para tratar exquisitamente la dimensión emocional y social de todo lo que hacemos. Y esto lo digo porque, en mi experiencia, la dinámica diaria suele llevarnos a estar mucho más orientados a la tarea que a las personas. Un aspecto a vigilar si -tal y como dice el “modelo de confluencia organizacional”- a los resultados se llega mejor con una buena combinación de “Qués” y “Cómos”.” (7)

3_ FLUIR

La mejor manera de poner en juego nuestra creatividad es buscar la forma en la que podamos fluir.

Los arquitectos tenemos la ventaja de que, de partida, somos bastante creativos incluso antes de entrar en la carrera; en la Universidad se potencia esta cualidad y, además, para proyectar estamos acostumbrados a entrar en ese estado en el que todo fluye.

Como bien apuntaba hace un tiempo, en el blog de Sintetia, el experto en efectividad personal y CEO de FacileThings, Francisco Sáez,

“(…) antes de empezar el proceso creativo como una vez finalizado, necesitas cierta planificación y organización. Son dos momentos en los que hay que cambiar hacia el pensamiento convergente y establecer con claridad el camino a seguir.

Los métodos de productividad personal deben ser una herramienta para enfocar nuestros esfuerzos hacia lo que realmente importa, y esto no supone ningún tipo de bloqueo a la creatividad. Al contrario, si sabes dónde debes poner tu atención en cada momento, será mucho más difícil que tu cerebro se distraiga cuando llegue el momento de ser creativo. También será mucho más fácil que fluyas.” (8)

 

Así, una de las principales virtudes de los arquitectos es que tenemos la capacidad de proyectar. Esta capacidad adquirida durante la Escuela y que proviene de la creatividad, se convierte en nuestra más potente fortaleza. Esta cualidad se pone en evidencia,  tanto a la hora de hacer arquitectura, como cuando nos enfrentamos a otra actividad laboral, aunque esté lejos de lo arquitectónico.

Tenemos la capacidad de leer de manera holística y transversal las situaciones y esto es un gran tesoro. Sin ser muy conscientes de ello, podemos fluir con facilidad; estando muy presentes en lo que estamos haciendo. Sabemos estar en el aquí y ahora como nadie; así que, esto hay que traerlo a primer plano, pues no es tan fácil como pudiera parecer.

Esta fortaleza que tiene que ver con una parte más humanística y menos científica de nuestro día a día, es un regalo que, a veces, olvidamos poseer.

 

Las empresas, sean de arquitectura o no, cada vez van a necesitar más la creatividad para organizarse.

Esto es un hecho y también es cierto que no todos los profesionales son especialmente creativos. Saber fluir, tener una visión transversal y adaptarse a lo que va viniendo es algo que los arquitectos tenemos integrado y podemos sacar mucho más partido de esta virtud.

Podríamos decir que somos especialistas en adaptarnos al caos, sin que ello haga mella en nuestra visión de lo que está ocurriendo.

 

Sobre este nuevo mundo que llega, Montse Vila comenta que,

“(…) Es innegable que nos encontramos inmersos en una época de cambio constante. Zygmunt Bauman nos habla de la «modernidad líquida»  en la que ya nada es sólido por mucho tiempo y es preciso   saber afrontar y gestionar  la incertidumbre.

En «tiempos líquidos» las organizaciones han de ser dinámicas y aprovechar al máximo las ocasiones de negocio que se van generando. Si una empresa tiene un enfoque jerárquico excesivamente vertical donde  solo unos pocos definen las estrategias  y la toma de decisiones, y  el resto implementa la burocracia,  no será posible acogerse a este «fluir»  constante  de oportunidades,  ya que los datos dinámicos nunca llegan a estos pocos  con la celeridad necesaria para decidir y dar respuestas  rápidas.” (9)

 

Así, en este campo de acción, los arquitectos tenemos mucho que aportar al mundo, mientras a otras disciplinas se les hace mucho más complicado. De hecho, por desgracia, la creatividad, bien sea por el sistema educativo o por la propia vida, se va truncando y la mayoría de las personas llega a edad adulta bastante carente de ella.

Por suerte, todo esto está cambiando y, por lo menos, desde hace un tiempo, hay más conciencia de la necesidad de una sociedad creativa.

Como bien apuntaba, Ken Robinson en su famoso libro del elemento:

“(…) Utilizo el término “Elemento” para el lugar donde convergen las cosas que nos gusta hacer y las cosas que se nos dan especialmente bien. Creo que es imprescindible que cada uno de nosotros encuentre su propio Elemento, no solo porque nos sentiremos más realizados, sino porque, a medida que el mundo evoluciona, el futuro de nuestras comunidades dependerá de ello”.

 

Estar en el elemento no dista mucho de la “Indiferencia creativa” de la que hablaba  Solomon  Friedlaender. Ésta tiene su base en la complementariedad de los opuestos y la existencia entre ellos de un centro de equilibrio. A este estado, Fritz Perls, el padre de la Gestalt, le llamó punto cero.

 

Otros autores, como Mihály Csíkszentmihályi hablan de que hay que estar en un estado en que podamos fluir, es como “sentirse completamente comprometido con la actividad por sí misma. El ego desaparece. El tiempo vuela. Toda acción, movimiento o pensamiento surgen inevitablemente de la acción, del movimiento y del pensamiento previo; es como si estuviéramos tocando jazz. Todo tu ser está allí, y estás aplicando tus facultades al máximo”. (10)

En fin, que conviene estar tranquilo para poder dejar que fluya lo que tenga fluir. Desde ahí, somos más creativos, más eficientes y, en consecuencia, nuestras tareas se hacen de manera más fácil y mejor.

Tal como indica Daniel Aguayo, uno de los pioneros en España de la metodología GTD,

“(…) Con “sentirte productivo” no me refiero a un recuento del trabajo que has hecho, o las tareas que has tachado, sino la sensación que tenías mientras trabajabas. Cuando nos sentimos más “productivos” suele ser en ese momento en el que estamos centrados en el trabajo, en el que los dedos vuelan por el teclado y no nos damos ni cuenta, en el que las ideas y las acciones están agolpadas en la cabeza y esperan ansiosamente a que salgan las primeras para que las siguientes se encadenen.

En el mundo de la productividad personal ese estado suele llamarse enfoqueestado de flujo o, popularizado en GTD, como “mente como agua”. Es un estado de concentración en el que no nos distraemos porque no nos acordamos de que hemos de hacerlo. Es ideal alcanzarlo, pero ¿cómo podemos maximizarlo?” (11)

 

Sin duda, una de las claves para poder alcanzar este estado de atención plena –awareness-en la tarea que estamos haciendo, es la motivación que tengamos para hacerla.

Como no se cansa de repetir Yoriento, es mejor no esperar demasiado a que la motivación venga como si fuera algo casi celestial. Muchas veces se trata más de tener motivos, que otra cosa, y esto no es tan complicado.

“(…) Uno de los secretos para crear nuevas motivaciones es la dedicación. Cuanto más aprendes, prácticas y sabes de algo más te gusta. Cuanto más experto eres en un sector, en una materia, en una herramienta o en una habilidad, más satisfacción natural sentirás por el trabajo bien hecho, a más oportunidades podrás acceder y mayor reconocimiento y estatus obtendrás por esa experticia. Se trata de apasionarte también apasionando a los demás.” (12)

 

Así, la motivación puede venir porque realmente nos apasiona hacer la actividad en sí misma –la famosa musa de los artistas- o porque hemos sido capaces de mentalizarnos de tal forma que, aunque no sea la tarea de nuestra vida, debido a la importancia que le damos, se nos vaya la vida por hacerla.

Por cierto, como bien sabemos los arquitectos, para ser, realmente, creativos, muchas veces conviene alejarse, aunque sea por un rato, del mundo online.

A pesar de ello, todavía hay muchos estudiantes o arquitectos, con el mal hábito de proyectar “en el ordenador”; es decir, proyectar en CAD o BIM.

 

Con todo ello, como bien habréis ido comprobando quienes habéis seguido con atención la serie de los diez post del “arquitecto productivo”, uno de los regalos de conseguir ser más productivos es que, en consecuencia, nuestra calidad de vida aumenta de manera exponencial y, por supuesto, tenemos más posibilidades de ser felices. Ser más productivo, no te tiene que hacer necesariamente más feliz, pero a buen seguro que te lo pone más fácil.

Tal como señalaba hace tiempo David Torné :

“(…) El objetivo de controlar tu actividad y cribar aquello que no te aporta algo notable tiene que ser obtener una mayor cantidad de tiempo libre para poder convertirlo en tiempo de calidad. Actividad profesional de calado, actividad social y de ocio que te permita salir del bucle de la rutina o, simplemente, tiempo para no hacer absolutamente nada con él. De ti depende.” (13)

………………………………………………………………………….

En cualquier caso, lo que está claro, por lo menos para nosotros, que más allá de sistemas concretos de productividad, que los hay y, además muy buenos, ha aspectos de la eficiencia, que van más allá de ella y que entran en terrenos como la creatividad y la capacidad de fluir.

Para eso, es fundamental que, nos atrevamos a salir de nuestra zona de confort. Así, si somos capaces de no dejarnos llevar por el miedo a la incertidumbre, nuestro cerebro comenzará a vibrar y aparecerán nuevas conexiones neuronales e incluso nuevas neuronas (neurogénesis). Así, estas neuronas comenzarán a  compartir más información, segregarán dopanima (madre de la confianza) y nos volvemos más inteligentes al pensar con más claridad.

En este sentido, el Dr. Mario Alonso Puig comenta “El miedo nos impide salir de la zona de confort, tendemos a la seguridad de lo conocido, y esa actitud nos impide realizarnos. Para crecer hay que salir de esa zona”. (14)

En consecuencia, tomaremos mejores decisiones y podemos fluir con facilidad para ser, realmente, creativos. Eso sí, todo esto solo lo conseguiremos poco a poco; por eso, para llegar mostrar nuestros talentos,  es importante saber ¿cuál será el siguiente paso que daré y que me sacará de mi zona de confort?

 

De esta forma, vemos con claridad que, como arquitectos, podemos aportar mucho al mundo más allá de lo que se espera habitualmente de nosotros; somos creativos por naturaleza y, además, estamos entrenados en ella.

Así, no nos cansaremos de insistir en la importancia de valorar nuestras fortalezas como arquitectos para ponernos al servicio, más allá de la evidente tarea de proyectar.

Ser creativos, ser capaces de encontrar la inspiración o poder sintetizar realidades muy complejas en una solución sencilla, son parte de nuestras virtudes. Cuanto más las pongamos en juego, sin duda alguna, más eficientes y productivos seremos.

Pero bueno… como siempre, nos interesa mucho más que lo que podamos decir nosotros, lo que os haya venido a la mente leyendo esta reflexión; así que, si te animas, estaremos encantados de leerte en los comentarios.

 

Autores del post: Agnieszka Stepien + Lorenzo Barnó (Stepienybarno)

(0) CREATIVIDAD DEL ARQUITECTO (Y MÁS COSAS). LOS CUATRO CEREBROS

Por Joan Vergara.

https://www.coachingarquitectos.com/creatividad-del-arquitecto/

(1) _ La Guía Definitiva de GTD

Por Francisco Sáez

http://facilethings.com/blog/es/ultimate-guide-to-gtd

(2)_ Citas contigo mismo: pausas productivas o de como pararse para tomar impulso y llegar más lejos.

http://gcerdan0268.blogspot.com.es/2015/09/citas-contigo-mismo-pausas-productivas.html

(3)_ El método Kaizen, una ayuda para tus objetivos y tu productividad

Por Jose Ignacio Azkue

http://deproconsultores.com/habitos/el-metodo-kaizen-una-ayuda-para-tus-objetivos-y-tu-productividad

(4)_ Tu inspiración como fuente de productividad

Por Francisco Sáez

http://facilethings.com/blog/es/inspiration

(5)_ La vida es más que una lista de tareas

Por Gabriel García de Oro.

http://elpais.com/elpais/2015/03/27/eps/1427474949_926013.html

(6)_ Inteligencia emocional y revisiones GTD

http://marcaladiferencia.com/inteligencia-emocional-y-revisiones-gtd/

(7)_ Tu productividad son tareas… y también personas

Por Alberto Barbero

http://www.albarbero.com/2015/10/tu-productividad-son-tareas-y-tambien-personas.html

(8)_ Productividad y creatividad: ¿Realmente son enemigos?

Por Francisco Sáenz

http://www.sintetia.com/productividad-y-creatividad-realmente-son-enemigos/

(9) El rendimiento óptimo se sitúa justo «al borde del caos».

Por Montse Vila.

http://buenhabit.blogspot.com.es/2015/01/el-rendimiento-optimo-se-situa-justo-al.html

(10)_ II Jornadas OPTIMA LAB: Artesanos Comprometidos con el Futuro

http://www.optimainfinito.com/2015/02/ii-jornadas-optima-lab-artesanos-comprometidos-con-el-futuro.html

(11)_ Du Tudú: GTD y productividad personal

Por Daniel Aguayo.

http://www.dutudu.com/como-ser-mas-productivo-durante-mas-tiempo/productividad/2014/12/17/

(12)_ Cómo encontrar tu pasión

Por Yoriento,

http://yoriento.com/2016/01/encontrar-tu-pasion-profesional.html/

(13)_ Haz menos para hacerlo mejor

Por David Torné

http://blogs.menshealth.es/productividad/haz-menos-hacerlo-mejor/

(14) LA ZONA DE CONFORT

Montse García

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