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¿EN QUE MEDIDA CREES QUE INFLUYE LA NUEVA “ERA DIGITAL” AL ARQUITECTO Y A LA ARQUITECTURA?

ERA DIGITAL_  AL ARQUITECTO_ miguel villegas jose toledo Javier Ricardo Simón Niño _stepienybarno    350

Con el post  de hoy continuamos esta nueva serie de entradas de carácter colaborativo. Así que, como cada lunes, lanzamos  el tema  de la semana al aire para que tod@s vosotr@s podáis dar vuestra opinión.

Las preguntas, como ya sabéis, las podéis encontrar en el grupo de Facebook: DEBATE Y REFLEXIÓN ARQUITECTONICA. Por ello, os animamos a reflexionar y debatir sobre este interesante tema; no sin antes dar las gracias, una vez más, a Miguel Villegas, Javier Ricardo Simón y Jorge Toledo  por su entusiasta colaboración.

¿EN QUE MEDIDA CREES QUE INFLUYE LA NUEVA “ERA DIGITAL” AL ARQUITECTO Y A LA ARQUITECTURA?

RESPUESTA 1 _ Autor: Miguel Villegas _ Arquitextonica (1)

La diferencia clave entre lo digital y lo que no lo es, aceptado comúnmente como analógico, estriba simplemente en la discretización de la realidad. Lo digital convierte a la realidad en algo manipulable como objeto. Convertir a digital implica fraccionar, medir y cuantificar la realidad para poder someterla a unas determinadas operaciones.
Para trazar una analogía clara, podríamos comparar los relojes digitales con esos relojes de cuerda, analógicos, de nuestros abuelos cuya manecilla del segundero se movía constantemente, sin saltos, alrededor de la esfera. En éstos el tiempo era/es inaprehensible. Cuando queremos cantar una hora la aguja esquiva ya se ha movido haciendo que nuestra afirmación sea falaz. En los digitales tenemos al menos un momento estable, sin cambio, un segundo, para poder afirmar que la realidad, en su loteo, es como nosotros la hemos medido, para poder trabajar con ella, para poder manipularla.
Ese para nosotros es el potencial de lo digital en arquitectura. Poder traducir la realidad que nos rodea a información, a datos abstractos, parciales o no, más o menos precisos, que nos permitan manipularla con mayor potencia de lo que lo hemos hecho hasta ahora.
El reloj de cuerda no fue óbice para que los maestros manipularan su realidad construyendo espacios magistrales. Pero quizás, y solo quizás, si conseguimos enfrentarnos a la complejidad de nuestra contemporaneidad aceptando las capacidades de las nuevas herramientas y sobre todo comprendiendo su potencial y la necesidad de aprovechamiento del mismo, podamos llegar a comprender con su uso esta complejidad y trabajar de una forma mucho más cercana a la realidad que nos rodea.
Las máquinas, lo digital, no piensa. Lo digital descompone, fragmenta, discretiza. Es nuestra capacidad, y creemos que nuestro deber, manejar todos estos elementos y ponerlos en relación, construir, desplegar, desvelar lo que hay detrás de una realidad que, por compleja, nos abruma.

RESPUESTA 2 _ Autor: Javier Ricardo Simón Niño (2)

La era digital en arquitectura: entre la seducción y el compromiso

¡Cómo ha cambiado el trabajo en los estudios de Arquitectura! ¡Ya sólo tengo dos mesas de dibujo en mi despacho, y sobre ellas únicamente extiendo papeles! Las herramientas informáticas han posibilitado la casi perfecta definición y representación dimensional y estructural de formas, otrora de imposible control manual, permitiéndonos ver, realísticamente, su implantación en el lugar y dimensionar todos y cada uno de sus componentes.

¡Y lo qué ha de cambiar nuestro trabajo! Pronto pasearemos a los clientes por el interior y el exterior de una representación virtual escala 1:1 de nuestro proyecto; cambiando in situ, sin la menor dificultad, hasta el más nimio detalle del edificio.

Los procedimientos informáticos han permitido, tanto la aparición de nuevos lenguajes de expresión arquitectónica, como el proyectar más rápidamente; quizás, con déficit de una menor reflexión, las arquitecturas cotidianas demandadas socialmente, permitiendo la subsistencia de pequeños estudios que, aprovechando, sólo en parte, la optimización de recursos de diseño y gestión brindados, y forzados por la coyuntura de cada momento, han descubierto la colaboración en red. Esta manera de trabajar, facilitada por un vertiginoso desarrollo digital de difícil asimilación, señala la transición entre la era de la herramienta informática y la era del intercambio de información.

Pero en ocasiones, lo digital, lejos de asegurar la calidad y rigor del proyecto, para una construcción perdurable, controlada y sostenible; y de garantizar el contenido cultural y ético, para lograr su aceptación y disfrute social, también ha facilitado injustificados ejercicios de divismo y exaltación del ego o desmesurados procesos inmobiliarios y económicos. Quizás, de ahora en adelante calificados, además, como tecnológico-inteligentes, deviniendo en herramienta de seducción de y para políticos, empresas y especuladores.

En la red, los arquitectos hemos descubierto la posibilidad de hacernos visibles entre nosotros y ante la sociedad, de poder acercarnos a ella, a sus necesidades y potenciales; el deseo de cambio en el ejercicio profesional, compartiendo ideas y experiencias y colaborando con distintos oficios; la necesidad de reinterpretar la Arquitectura, recuperando su función social. Hoy, el ámbito digital resulta ser el embrión del lugar profesional de transmisión de ideas y de reivindicación que los colegios oficiales de arquitectos no son y parece renuncian a ser.

Transitamos en lo digital desde una simple herramienta de trabajo a colector transversal y anárquico de información y conocimiento. El flujo de información nos hace conocedores de una realidad poliédrica en tiempos tan cortos que impiden su manipulación, haciéndonos más libres y formados para decidir. Pero, nos arriesgamos a trivialiizar fuentes y canales de información, si no adoptamos criterios objetivos de verificación y actuación, libres de mercantilización, y si banalizamos los compromisos sociales amparados en el anonimato de nuestro teclado. No podemos hacer una revolución lanzando sólo ladrillos virtuales, ya que bajo la pantalla del ordenador no está la playa, únicamente hay píxeles.

Los arquitectos siempre hemos seducido con nuestras representaciones, dibujos y maquetas, de construcciones hasta ese momento existentes en nuestra mente. La era digital ha puesto a nuestra disposición las más perfectas herramientas de representación, diseño y cálculo que jamás hemos tenido; y aunque la mayoría no hemos sido formados adecuadamente en su uso, sí que intuimos las grandes posibilidades que nos brindan para comprometernos con la sociedad que ha de habitar, vivir y hacer vivas, las construcciones que proyectemos. Aunque algunos añoremos menos realismo en las representaciones y la existencia de aquellos errores, conscientes o no, que hacían vibrar nuestros dibujos.

RESPUESTA 3 _ Autor: Jorge Toledo García (3)

Probablemente más de lo que somos conscientes mientras nos sumergimos en ella y la experimentamos sobre la marcha, y cada vez en mayor medida. Sintetizando a su esencia, podríamos decir que lo digital supone un vuelco principalmente en cuanto a la capacidad de reproducción (copia ilimitada, conectividad, velocidad de transmisión…) y la de modificación (editabilidad, parámetros, ctrl-z…), que afectan a muchos otros aspectos.

Para el arquitecto, esto ha afectado a medios y hábitos por igual: a la forma de representar los proyectos, pasando de una representación gráfica a un modelo, y de un modelo a un prototipo capaz de evolucionar, adaptarse y pasar cada vez más directamente a su versión construida. A la facilidad para copiar, reaprovechar, compartir, remezclar y versionar soluciones, trayendo a lo contemporáneo la idea de inteligencia colectiva. A la posibilidad, aún no del todo controlada, de generar y manejar mucha más complejidad. A la forma de comunicarnos, de compartir el conocimiento, los recursos o los proyectos.
También, por supuesto, y aunque se hable menos (demasiado poco, creo) de ello, nos está complicando la vida requiriéndonos hábitos que no tenemos, rompiendo viejos esquemas y ritmos, descentralizando nuestros esfuerzos (para bien o para mal), y dispersando nuestra atención.

De cara a la arquitectura como objeto construido y al espacio público, creo que estamos en una fase más inicial, con tentativas cada vez más (pero todavía relativamente poco) profundas de integración de lo digital y lo físico. La interacción con el usuario, la visualización de datos, la autogestión inteligente… Tras la inicial e inevitable fascinación por ese «mundo paralelo» digital y virtual, estamos volviendo a acercarlo al físico, y conectando las formas de funcionar de ambos para construir algo nuevo.

Pero sobre todo, creo que la Era Digital abre nuevos campos de trabajo y de experimentación rápida, compartida y revisable como nunca antes ha tenido la arquitectura, siempre cara y lenta en sus procesos. Ahora podemos, tomando la frase del desarrollo de software, permitirnos fallar más, más pronto y más barato, y por tanto probar más.

Para mí, el reto actual es que, en un equilibrio consciente entre el recelo reaccionario y la fascinación acrítica, sepamos aprovechar el potencial de lo digital para hallar y poner a prueba nuevas y mejores formas de trabajar y producir. En ello estamos, ¿no?»

(1) Arquitecto, investigador universitario, tecnófilo y crítico hasta hartar. 50% de arquitextonica.net, anuda.me y arquiapple.com.

(2) Javier Ricardo Simón Niño. Arquitecto…francotirador. He trabajado donde he podido o me han dejado, desde la administración pública a la iniciativa privada, pasando por la docencia en escuelas taller y centros de enseñanza. Actualmente estoy en fase de vencer el pudor que produce escribir y compartir mis ideas con los demás. Mi mejor obra está por hacer.

(3) «Soy un «arquitecto, pero…» interesado en la cultura abierta, el open source y las aplicaciones de la innovación social a nuevas formas de trabajo, al entorno urbano y a la arquitectura. Actualmente trabajo en varios proyectos de emprendizaje e investigación como Máster DIWO, eGruyère y Sociarq, y en la aplicación de herramientas digitales, redes y dinámicas colectivas a procesos de participación ciudadana.»

* Este artículo ha sido escrito con carácter divulgativo y sin ningún tipo de ánimo de lucro. Así que si te apetece compartirlo en cualquier otro medio, estaremos encantados de que lo hagas siempre y cuando cites el lugar donde lo has encontrado.

Autores de la entrada: Stepienybarno

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* Stepienybarno está formado por Agnieszka Stepien y Lorenzo Barnó y desde mayo del 2009 estamos en la red con  la presente publicación digital (Blog) de arquitectura.

Nuestra actividad se sustenta en tres pilares básicos: la investigación, la publicación y la redacción de proyectos de arquitectura.

A su vez, somos socios cofundadores de SINERGIA SOSTENIBLE y redactores de LA CIUDAD VIVA.

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9 COMENTARIOS
  1. Kikeconk

    He dudado si contestar, porque tiendo a enfrascarme en eternas discusiones sobre las anéctodas olvidando el fondo, Miguel discrepo contigo.
    El lápiz y la pluma son herramientas, como el ordenador, el tablet o lo que inventen. Lo más inmediato es la mente, la mano.
    Yo dibujo, dibujos «feos» que a mí me sirven, pero por ejemplo en mi PFC la primera «idea»la representé con un fotomontaje, y con ese bocetos fui hasta el final. No reniego de la experiencia manual, pero cada arquitecto debe encontrar su modo de expresarse, me encantan las acuarelas de Steven Holl, ojalá fuese hábil con esa herramienta, pero no es el caso.

    Respecto a las redes sociales, que a mí meinteresa mucho no comprendo la analogía con el BIM. Es parecido a las relaciones en persona pero con posibilidades multiplicadas. Hay mil factores, destaco 3. por una parte entre nosotros (me incluyo aunque yo no vivo de proyectar) no os conozco a ninguno y sin embargo aquí estamos charlando, es muy enriquecedor y muy sencillo charlar con personas que probablemente vivan en lugares distantes.
    Por otra parte la comunicación, digamos, en transversal, aquí podría opinar un estudiante de primero, o alguien de cualquier otro sector. Insisto en lo que decía ayer, cuando leo noticias en la prensa sobre edificios y se les critica es raro ver un Arquitecto entre los comentarios, por supuesto nunca al autor. Las redes sociales son una oportunidad de oro para que cualquier profesional explique su trabajo, pero lo que se ve es terror a ser criticado.

    El último punto que quería mencionar, la reputación digital, no soy un experto pero sí es un tema sobre el que he reflexionado, es una oportunidad, se puede tener perfiles o blogs o solo participar en otros, pero tener una coherencia cuando navegas y escribes por la red, qué menos que un pseudónimo constante. Y cuando se hace así resulta que yo sé que hay un tal «Miguel de Arquitextónica», tengo una opinión acerca suyo y llegado el momento puede que considere que necesito los servicios de anudame.
    En los blogs de Arquitectura abundan los «anónimos», también en los otro pero no estamos ahora con eso.
    A un amigo informático (de profesión) le preguntaba porque resolvían dudas y publicaban sus códigos «de gratis», resondía que al hacer todos lo mismo se aprendía mucho y se avanzaba. Y que todo el sector sabía que él era quien más sabía en España de su campo, así que no necesitaba currículum, incluso personas que conocen su nick en los foros de ese campo le invitaron a Noruega a dar una charla.
    Tener una gran reputación digital es posible, pero hay que quererlo, y tiene sus riesgos, quien me haga seguimiento quizás averigüe de qué equipo de fútbol soy y ya no me quiera contratar 😀

  2. Miguel

    Las dos ramas de «lo digital» no son tan distintas como parece SyB. Si damos un paso atrás para poder ampliar el campo de visión, nos damos cuenta de que estamos hablando de dos factores fundamentales. La información y la relacionalidad.
    El modelo BIM, siendo una aplicación concreta es un paradigma de potencia. ¿Cuál es su ventaja? Sencillamente que construye relaciones operativas entre todas las capas de información presentes.
    ¿Traducido a la web? Muy fácil. Enlazar, enlazar y enlazar…

  3. StepienyBarno

    Lo primero de todo, volver a daros las gracias a todos por participar en este intenso y atractivo debate; da gusto ver la de temas interesantes que salen encima de la mesa.
    Por nuestra parte, vemos que este tema de la “era digital” tiene dos vertientes, en un principio independientes, pero que, seguramente, están íntimamente ligadas.

    La nueva «era digital», es cierto que trajo a la arquitectura un nuevo sistema de representación que revolucionó el panorama existente hasta la fecha; pero, curiosamente, el arquitecto y la arquitectura se han adaptado bastante bien a todo ello. Como bien habéis indicado, también genera nuevos problemas, pero creemos que son subsanables.

    Sin embargo, la vertiente de esta “nueva era digital” que nos lleva a estudiar la influencia de las nuevas tecnologías, Internet y, en particular, las redes sociales en la vida de los arquitectos y la arquitectura, no es tan clara.
    Por un lado, hay cientos de blogs, webs de arquitectos y perfiles de arquitectos en las redes sociales, pero por otro, creemos que todavía estamos desembarcando en este mundo digital.
    Tener un perfil en facebook y en Twitter que apoye la identidad digital de un arquitecto, no es tan fácil. Hacer un blog que, realmente, tenga visibilidad y aporte a este enmarañado mundo pixilezado tiene lo suyo. Y, finalmente, creemos que no hay muchas webs de arquitectos que sean accesibles, fácilmente editables y que tengan una buena visibilidad en la red.

    Es un mundo, bonito y dinámico; el tren esta en marcha y va a toda pastilla, pero ¿estamos los arquitectos y la arquitectura en condiciones de subirnos a él con garantías?

  4. Miguel

    Hola a todos y perdón por la tardanza. La apertura de posibilidades y fascinación, sobre todo en la potencia productiva y en poder compartir con quién nosotros queramos nuestro trabajo. Es sencillamente demoledor. Hace unas semanas discutía con una compañera que decía que la revolución digital no es comparable con la industrial. Cada vez estoy más convencido de que no solo es comparable si no que es superior en sus efectos.

    Pero por otro lado veo necesario un distanciamiento fuerte, y el comentario de Kikekonk me lo confirma. No podemos perder el norte. La sociedad de la información está tremendamente mediada por la tecnología y el caso del dibujo «a mano» es uno de los ejemplos más importantes. La experiencia manual es tremendamente relevante en los procesos de pensamiento porque es IN-mediata, es la más directa posible y eso es indispensable.

    Creo que hila también con la duda de Jorge. Estoy convencido de que los entornos que se generen desde y para lo digital no tienen que ser más complejos si no todo lo contrario, tienen que ser más directos, más suaves, más soportes de acontecimientos que nos permitan que pase lo que sea dentro de ellos.

  5. Kikeconk

    No es fácil centrar este debate, ¿qué cosa es “la era digital”? Entendiéndolo como la incorporación de la informática, quiero destacar que se trata de una herramienta, no peor. Hay una gran mentira heredada, que un arquitecto debe saber dibujar a mano, yo dibujo mal a mano pero en cambio tengo habilidad con las aplicaciones CAD y me permiten expresarme.
    Y ocurre con muchas otras herramientas tecnológicas, hay una tendencia en toda la sociedad a sobrevalorar el pasado “yo jugaba en el parque hasta la noche” “mi padre me daba un cachete y me callaba” «A Coderch le bastaba con lápiz y papel para hacer Arquitectura”. Estoy convencido de que lo de mañana es, término medio, mejor que lo de ayer, nadie se pregunta las magníficas obras que podría haber hecho Coderch si hubiese tenido Allplan o Archicad, ni se habla de los chapuceros coetaneos de aquellos grandes genios.

    Y yendo más a lo concreto; los programas BIM nos permiten afrontar todos los aspectos de un edificio de manera integral, facilita que una persona o un grupo reducido pueda hacer el proyecto completo, sin “externalizar”, aunque al mismo tiempo cada vez es más difícil hacer un proyecto uno solo por las crecientes variantes y opciones constructivas y técnicas que exigen especialización. En ese aspecto creo que estamos en una fase temprana para valorarlo, pero sí creo que los Arquitectos no estamos sabiendo, o queriendo, trasladar la “era digital” a la construcción que sigue en los años 80.

    Por último, aunque no sé si es el tema, quería mencionar el tema de las redes sociales y la colaboración en Internet. Creo que en muchos aspectos deberíamos fijarnos en los informáticos y programadores; en esos foros en los que se resuelven dudas, publican sus códigos, sabiendo que así aprenderán, mejorarán y se ganarán mejor la vida. Además, esos foros les sirven para ganar prestigio, el de soloarquitectura está muy bien y hay gente muy maja, pero la actitud general es “no lo enseño que me copian”.
    En cuanto a redes sociales creo que estamos muy pez, cierto que hay varios blogs como este, enemasuno, ccad, etc… con bastante movimiento, pero siempre entre nosotros y es que, perdón por la grosería, nos encanta hacernos pajas, pero aparecen en la prensa noticias sobre determinados edificios y los comentarios ponen a parir al arquitecto sin que ni él baje a la arena a defender o explicar su trabajo, ni ningún compañero trata de reconducir el debate. Cierto que hay críticas que son insultos y no deben responderse, pero si el debate dice, por ejemplo, que el hormigón es feo, pues intentar explicar algo de historia, estética o lo que sea quizás no esté de más.

  6. loliví

    A cada tiempo su herramienta. Si ahora tenemos la capacidad de crear espacios inimaginables e imposibles de ser dibujados con las herramientas del pasado, usemos estas nuevas herramientas; lo contrario sería usar piedras de silex en vez de martillos. La clave está en quién está al mando de las operaciones, la clave está en que las herramientas se usen para seguir haciendo arquitectura comprometida en todos los planos posibles: económico, ambiental, social y, porque no, también estético. La clave es saber hacer buena arquitectura, teniendo cada vez la herramienta que nos toque en cada periodo histórico.

    La era digital nos permite comunicarnos más rápido, usémosla. También nos expone y nos hace más mediáticos a todos ¿Queremos eso? Todo, como he dicho, depende de quien maneja las herramientas. Su influencia en nuestra obra dependerá de cómo de buenos o malos capitanes seamos de la máquina.
    Un abrazo, voy a ver si yo llego a puerto. Loliví

  7. Javier Ricardo Simón Niño

    Hola a todos. Enhorabuena a Jorge y Miguel por sus escritos.
    Observo que los tres textos tienen una cierta coincidencia en señalar las dificultades de uso de las nuevas herramientas digitales, especialmente en la interfase virtual/real, y en la necesidad de comprender su potencial y capacidad de aprovechamiento.
    Estoy de acuerdo con Jorge en que la fascinación por la herramienta es muy grande, y a veces la usamos como un juguete. Un juguete que, más allá de buena o mala arquitectura, nos seduce induciéndonos a crear diseños cuyo fin es dejar nuestra impronta: yo diseño esto porque yo lo valgo. A veces, repasando propuestas de concursos, parece que lo único que importa es quién consigue la forma más rebuscada, la disposición espacial nunca antes intentada. Supongo que será una fascinación pasajera, propia de la novedad.
    Como dice Miguel, lo digital no piensa; descompone, fragmenta, discretiza. Es nuestra capacidad, y deber, manejar todos estos elementos y ponerlos en relación, construir, desplegar, desvelar lo que hay detrás de la compleja realidad, con el fin, añadiría yo, de tratar de comprenderla y servir a la sociedad que en ella transita.
    Claro que, así y todo, una herramienta de seducción comprometida no se maneja nunca perfectamente, y será preciso probar y experimentar. Pero no hay nada fácil en este mundo.

  8. Tomás Fernández

    Hola amigos.

    Por un lado, la «era digital» en lo referido al mundo web, ha permitido, como bien dice Javier Ricardo, una mayor interconexión entre Arquitectos, Arquitectura y Sociedad. De una forma u otra, gracias a todas las posibilidades que nos brinda este entorno virtual, se convierten en realidad los diferentes puntos de vista de la Arquitectura que tenemos no solamente los Arquitectos sino también los usuarios de la misma. Antes la única realidad de la Arquitectura, mejor dicho de las opiniones sobre la Arquitectura que llegaba al público en general, era la de los medios de comunicación, en especial la TV, con la llamada Arquitectura Mediática. Hoy eso sigue siendo así, pero menos y con una gran tendencia al cambio, por lo que vamos viendo.

    Desde otro punto de vista es indudable que, esta nueva «era digital» ha transformado el hecho de la representación de la Arquitectura, previa, durante y posterior a su construcción. Por un lado, estas nuevas tecnologías pueden anular o disimular la carencia de creatividad, perdiéndonos en la vulgaridad de copiar y pegar sin analizar el proceso; o por el contrario dejarnos seducir por el «lado tenebroso» de la forma y ensimismarnos y perdernos en ella (algo muy común en la Arquitectura Mediática que antes comentábamos).

    Es cierto que, lo digital puede llegar a anular muchísimas veces la creatividad de un proyecto, pero también es cierto que esto dependerá de la persona o personas que estén detrás de ello (arquitectos, promotores, políticos…). También es importante asimilar qué es lo que lo que el mundo digital puede ofrecernos, gracias a él se pueden realizar cálculos y análisis bioclimáticos que pueden favorecernos la creación de un buen proyecto, que mediante los análisis tradicionales resultaba imposible. Como siempre, la tecnología es positiva o negativa dependiendo de cómo se utilice. Si por un lado puede hacer más fácil disimular la carencia de creatividad, por otro bien distinto nos puede facilitar nuevas posibilidades para la misma.

    Saludos.

  9. Jorge

    ¡Buenas aportaciones!

    Del texto de Miguel, me quedo sobre todo con los párrafos 3 y 5, que sintetizan de maravilla las repercusiones de lo digital y la postura que eso implica por nuestra parte, respectivamente:

    «el potencial [es] poder traducir la realidad que nos rodea a información, a datos abstractos […] que nos permitan manipularla»

    «lo digital no piensa […] descompone, fragmenta, discretiza. Es nuestra capacidad, y […] deber, manejar todos estos elementos y ponerlos en relación, construir, desplegar, desvelar lo que hay detrás de una realidad que, por compleja, nos abruma.»

    Chapeau, yo no habría (ejem… he) podido decirlo más claro y más sintético.

    Parece la típica situación que se muerde la cola: lo digital, más controlable y preciso, genera y favorece sin embargo entornos más complejos, más difíciles de seguir… que probablemente sólo puedan ser comprendidos y manejados desde lo digital.

    De lo que comenta Javier destacaría algunas reflexiones:

    «[…] lo digital, lejos de asegurar la calidad y rigor del proyecto, para una construcción perdurable, controlada y sostenible […]»

    Es cierto, y no sólo es que lo digital de por sí no sea garantía de calidad, sino principalmente que entre lo digital y el objeto construido hay todavía un proceso igual de basto, difícil de controlar y lleno de variaciones (y maravillosas oportunidades, por otro lado) que siempre. Parece que el enfoque CAD/CAM/CAE está cambiando eso, permitiendo trasladar ese «rigor» digital a lo construido.

    También le encuentro mucho sentido a lo que comentas del riesgo de trivializar canales y fuentes de información (o las herramientas digitales) si no las sometemos a criterios y a compromisos relacionados con algo más allá de ellas mismas.

    Lo de la seducción, como tú mismo dices más abajo en el texto, no es exclusivo de lo digital, ni siquiera lo es la autoseducción. Lo que yo sí he notado, y comentaba ya en el texto, es que la «fascinación por la herramienta» es ahora mayor que nunca. Como un niño que descubre un lápiz y lo explora garabateándolo todo, así andamos muchos de nosotros con nuestros nuevos juguetitos digitales: fascinados, usándolos para todo y más, para lo que son y para lo que no, experimentando sin límites para ver luego cuáles eran los límites a los que habríamos querido llegar. No es malo, es así como se ensancha el mundo, pero siempre tendrá que haber también quien pregunte «Ey, ¿para qué? ¿qué ganamos en el fondo?».

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