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PRECARIEDAD LABORAL ARQUITECTÓNICA

 

 

LOS LUNES AL SOL PRECARIEDAD LABORAL ARQUITECTONICA STEPIENYBARNO 

4 años de crisis han dejado secuelas más que considerables en casi todas las profesiones, y  una de las que más se está resintiendo es la de la arquitectura. La situación se vuelve cada vez más crítica e, incluso, en medios generalistas, como el reciente artículo de Anatxu Zabalbeascoa, Historias de la arquitectura ‘mileurista’,  se hacen eco de la situación. Pocos días después, comenzaba a correr como la pólvora por la red una oferta de empleo en la que se ofrecían unas pésimas condiciones laborales para un posible candidato arquitecto; de ello ya han dado buena cuenta los siempre geniales y expeditivos: n+1.

Así que hoy, si os apetece, vamos a hablar de cómo vemos que ha estado, está o puede llegar a estar nuestro sector arquitectónico. Os animáis?

 

 

Somos más de 50.000 arquitectos en la calle, más otros 30.000 que están en las escuelas, pero que, en cuatro días, serán nuevos compañeros con lo cuales repartir el, cada vez más exiguo, pastel laboral.  A ello, hay que  añadir que grandes empresas cercanas al ámbito ingenieril, de una forma u otra, hincan el diente en labores que hasta ahora habían sido desempeñadas por el colectivo de arquitectos.

Es demasiado fácil tener un arquitecto en sus filas y que se hinche a firmar los proyectos que, realmente, son redactados por el resto de miembros de la oficina. El ingeniero sabe que si cobra 10, tendrá que dedicar recursos, personal y  tiempo por 8 para poder ganar 2. Sin embargo, al arquitecto le cuesta bastante más tener claros conceptos de eficiencia y eficacia.

Ante esta competencia, tanto interna como externa, el futuro laboral está cada vez más complicado. El paro en el sector como se demuestra desde el colectivo de Arquitectos Explotados es más que preocupante y el futuro, muy a nuestro pesar, se muestra más bien negro si se continua pensando que el arquitecto es aquel que solo se dedica a levantar edificios. El consultor de arquitectos Gonzalo García Muñoz, afirma en una entrevista para accésit, que “no hay suficientes proyectos para todos. Sólo para el 10-15 %. Y esta realidad no mejorará en los próximos veinte o treinta años”. Aún así, desde muchas escuelas de arquitectura se sigue incidiendo en un método de enseñanza ajeno a la crisis, a la sociedad o los avances en las nuevas tecnologías. Por ello, entendemos que es el momento de concienciar al alumno de que un arquitecto es mucho más que hacer proyectos, y que, si no queremos perder la ilusión y el entusiasmo por la arquitectura, conviene abrir la mente lo máximo posible. 

 

Por otro lado, es conveniente plantearse, seriamente, si  los arquitectos hemos tenido (o no) la suficiente mentalidad empresarial. Los encargos, hasta hace dos o tres años,  llegaban porque tenían que llegar y poco se hacía para crear una estructura interna que tuviera un plan B, por si algún día terminaban las vacas gordas. El boca a boca fue funcionado y el “contacteo”, porque no decirlo, también. Incluso hubo un tiempo en que algún estudio de arquitectura se llamaba despacho y ¡hasta tenía sala de espera! Pero claro, este sistema no iba a durar eternamente. Así que, con la llegada de las vacas flacas, se produce un atasco en el sector y los proyectos se dejan de conseguir tan alegremente. 

Los estudios a los que llegaban encargos a raudales, de un día para otro, se quedan a dos velas, y empiezan a desprenderse de sus trabajadores (esos que en muchos casos estaban en precarias condiciones laborales) y quieren ver en los concursos públicos  de arquitectura su tabla de salvación.

Mientras tanto, otro grupo de arquitectos que se dedicaban a conseguir encargos a través de la vía de los concursos públicos, vieron como se complicaba su, hasta entonces apacible, entorno laboral. Consecuencia directa: más de cien propuestas por cada concurso público que aparece, sabiendo que sólo una será la afortunada. De esta forma, los estudios de arquitectura que, en general, no disponían de ningún tipo de estructura empresarial se ven perdidos en un mundo laboral cada vez más competitivo.

 

Desde la publicación de bsA podemos leer las siguientes reflexiones al respecto, “Dada la situación actual de la profesión, a partir de ahora y cada vez más habrá que saber competir para poder trabajar y esto implica una gestión empresarial de la organización. A través de esa gestión podemos salir de la indiferenciación y ser percibidos por nuestros clientes como alguien a quien poder contratar. La gestión deberán desarrollarla profesionales cualificados. Aquí se abre un abanico de posibilidades que nos da una visión de conjunto. (…) La gestión de empresas y en general el uso de herramientas empresariales es algo irrenunciable para el arquitecto del futuro.” En realidad, ni antes de la crisis, ni con su llegada, muchos estudios de arquitectura piensan sobre cuáles pueden ser estas herramientas empresariales, cuál es su potencial cliente, cómo ocupar nichos de mercado que los hagan más competitivos, ni aprovechar sus indudables cualidades y fortalezas que todos ellos tienen.

 

Como comenta el experto en gestión empresarial para arquitectos, Gonzalo García, “nadie nos han informado de cómo se gana dinero: vivimos convencidos de que bastará con trabajar duro y bien para que llamen a nuestra puerta los clientes.” Planteamiento cada vez más obsoleto y alejado de la realidad. Simplemente, queremos que todo fuese como antes y, de esta forma, la profesión sigue dándose cabezazos contra la  misma pared. Seguramente, es el momento de preguntarnos, ¿qué es lo que diferencia nuestra actividad como arquitectos del resto de compañeros? ¿Cómo podemos aprovechar la red y las nuevas tecnologías para aumentar nuestra visibilidad? ¿Somos competitivos en calidad, plazos y precio? Y si, respondiendo, sinceramente, a estas (y muchas otras) preguntas, vemos que realmente somos competitivos, seguir en la misma línea; pero si no lo somos, sería conveniente cambiar de estrategia. Un cambio a tiempo es la mejor manera de evitar un triste e inminente naufragio.

 

Y como siempre, sabéis que este texto no es más que una excusa para que nos contéis cómo veis vosotros este complicado panorama que tenemos encima del tablero.

 

Autores de la entrada: Stepienybarno

 

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*Stepienybarno está formado por Agnieszka Stepien y Lorenzo Barnó. Nuestra actividad se sustenta en tres pilares básicos: la investigación, la publicación y la redacción de proyectos de arquitectura.

A su vez, somos socios cofundadores de SINERGIA SOSTENIBLE y redactores de LA CIUDAD VIVA.

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5 COMENTARIOS
  1. VAUMM

    Uno de los motivos de la precariedad del colectivo, por favor RTweet todos esto: No nos gusta que el @cscae avale (el presidente es jurado) concursos para estudiantes con inscripción de 100€. #arquitortura

  2. Milagros

    Totalmente de acuerdo. Es hora de reinventarnos como profesionales y no mirar atrás. Debemos ser dueños de nuestro futuro y crearlo con nuestras propias manos. Para algo somos arquitectos y somos creativos. Feliz comienzo de semana 😀 !

  3. Eva Chacón

    Buenos días, Agnieszka, Lorenzo, Beatriz y Jose Miguel.
    Creo que parte de la respuesta a esta preocupación compartida está en el tantas veces aludido «trabajo en equipo». Hemos heredado una forma de pensar y de hacer arquitectura fundamentalmente personalista, y debemos avanzar hacia otras formas basadas en redes de trabajo multipersonal tipo «sistema emergente».
    Cuanto más complejos sean los equipos y mejor funcionen sus «engranajes», mejor respuesta podrán dar a la ciudad, por un lado, y mayor especialización requerirá a los integrantes (y mayor número de éstos será necesario), por otro.
    Aunque parezca que no tiene que ver, pensaba justo en esto hace unos días en casa mientras veíamos un documental sobre cómo se organizó el equipo de más de 600 personas que trabajó en el episodio III de La Guerra de las Galaxias… ¡no daba crédito al grado de especialización necesario para conseguir un producto así! Pensaba: ¿qué ocurriría si un equipo equivalente en cuanto a grado de especialización, motivación y creatividad, trabajara, por ejemplo, en el plan de ordenación de una ciudad?
    Y esta pregunta llevaba irremediablemente hacia otra: ¿acaso no sería lógico que el equipo de trabajo que piensa cómo mejorar una ciudad fuera por lo menos tan complejo (y costeado) como el que genera un producto de culto de la sociedad del espectáculo?
    Me voy a por el segundo café…

  4. Beatriz

    Un artículo muy interesante y realista, sin embargo creo que en las escuelas son muy conscientes del problema y, aun así queda demostrado que no dan soluciones ni orientan la enseñanza para afrontarlo. Como mucho podrás conseguir un consejo invitándote a coger las maletas y «viajar» o seguir estudiando y tomar el camino de la especialización.

  5. josemiguelhs

    Un tema preocupante e interesante. Muy acertada la idea de empezar en las escuelas a concienciar al alumno en ese futuro donde los arquitectos no podrán dedicarse en exclusiva a construir, hay que abrir nuevos campos y reinventar la nueva arquitectura.
    Ahora viene la pregunta difícil; una vez que seamos conscientes de lo que nos depara el futuro ¿Qué podemos hacer los alumnos desde la escuela para cambiar esto?

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