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Blog de STEPIEN Y BARNO – publicación digital sobre arquitectura
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ENTREVISTA CON FRPO (FRPO NOLASTER) – PARTE 2

 

OMC GINEBRA 1 - 350

OMC GINEBRA  – FRPO (FRPO NOLASTER)  

 

Si os gustó la primera parte de la entrevista que   en exclusiva publicamos ayer, no os perdáis esta segunda entrega donde Fernando y Pablo terminan de posicionarse  dentro del mundo de la arquitectura. Entraremos de lleno en cuáles son los temas que más les interesan a la hora de proyectar y como ven temas tan conflictivos como es el mundo de los concursos, donde ellos siguen adelante sin perder la  esperanza.

 

 

– Sabemos que apostáis por la mezcla de usos y la hibridación de los edificios. ¿Cómo pensáis que estos temas se ven reflejados en vuestra obra?

Las propuestas en las que, como decís, hemos apostado por la mezcla de usos, tenían una relación muy directa con la construcción de la ciudad. Eran de gran escala, generalmente ligadas a reordenaciones de espacios consolidados – la Montaña Mágica de Santander, Union Station en Chicago

– o a periferias por desarrollar – Europan Valladolid – pero siempre formaban parte de algo que ya estaba sucediendo en cierta forma y simplemente asumíamos. En realidad la mezcla de usos, como estrategia de revitalización de espacios urbanos o de creación de nuevos barrios, nos parece interesante. Tristemente la normativa no está tan avanzada como lo están las propuestas de los arquitectos en esta dirección. Pero la mezcla de usos en un edificio, sin más, no nos resulta tan estimulante. Un buen edificio no puede dejar depender su calidad arquitectónica de decisiones que afectan, en primera instancia, al programa. La hibridación puede ser una anécdota programática o tener la potencia necesaria para ser el tema del proyecto. Pero por sí sola no nos parece que tenga valor propositivo. En la Escuela, desde el otro lado de la barrera, hemos visto alumnos confundidos que manejando términos tan provocadores como lo fue en su día este, no entendían por qué su proyecto no estaba bien armado. Todas estas cuestiones han de ser catalizadoras de decisiones arquitectónicas, nunca fin en sí mismas. Y puestos a mezclar, mejor apilar, ¿no?.

 

– ¿Qué nos contáis de temas como  la densidad, la compacidad y la construcción en altura en vuestras propuestas?

De la misma forma que la mezcla de usos, la alta densidad aparece en nuestro trabajo cuando éste trata de dar respuesta a un ámbito de escala mayor. No hay nada que hayamos descubierto acerca de todo esto, los postulados que nos interesan son los que circulan en la profesión, los que se actualizan y entran en carga cuando experimentamos sucesos urbanísticos como Sanchinarro: por debajo de una determinada densidad desaparece el comercio de proximidad, y por tanto la vida del espacio público, es imposible hacer ciudad. Respecto a la compacidad, nos interesa más la objetualización de la arquitectura, el entendimiento de lo cóncavo y lo convexo en la materia arquitectónica, la capacidad de ésta de manifestarse de forma clara y percibirse de un plumazo. O todo lo contrario, en cualquier caso siempre tratamos de controlar este tema desde el  principio, con cierta voluntad de lograr esa compacidad o la disgregación contraria. Trabajar con elementos de programa primarios, transformados en espacios concretos, y pensar las relaciones entre ellos nos permite hallar situaciones interesantes, parecidas pero no dogmáticas: la Casa OS, el edificio del Campus de la Justicia, la Casa Inés, todos ellos son proyectos que buscan una complejidad espacial a partir de la combinación de elementos sencillos. Esto va más allá de nuestro eventual interés por la compacidad, busca la unidad perceptiva a partir de adiciones controladas…

 

– Otra de las cosas de las que os gusta  hablar, es de cómo el usuario se va apropiando de la vivienda y de alguna forma mantiene vivo el proyecto. ¿Podrías profundizar en este concepto?

En realidad parece que tiene que ver con el respeto. El respeto de la arquitectura hacia aquellos que la demandan. La capacidad de los espacios de asumir cualquier intención del habitante, su voluntad de cambiar los muebles cuando se canse de ellos o no sean útiles o el crecimiento y la posterior merma del número de miembros de una familia… respeto y flexibilidad en contenedores comprometidos con la contemporaneidad… intentamos no forzar al usuario, por muy rígido que sea su programa de necesidades, a comprometerse con él de por vida. Al fin y al cabo los edificios requieren continuamente transformaciones que los adecuen a nuevos usos. Intentar minimizar esas hipotéticas remodelaciones, ese coste futuro, con respeto y flexibilidad.

 

– Qué nos contáis sobre la identidad y la pertenencia al lugar en vuestra arquitectura.

Ah! Los suelos, la materialidad y las pátinas, el paso del tiempo, los reflejos, todos son temas que tenemos encima de la mesa, que ensayamos cuando tenemos la oportunidad de hacerlo… Anish Kapur ha construido una escultura alucinante en el Grant Park de Chicago que parece que siempre estuvo allí. Esto nos interesa.

 

– ¿En que manera aparecen las metáforas en vuestros planteamientos?

Intentamos no abusar de ellas. Las metáforas son útiles de cara al cliente, al político, al que tiene que presentar un proyecto y tiene que poder hablar de él. Las metáforas ayudan a que el ciudadano se apropie de la arquitectura. Pero la metáfora formal es peligrosa, el objeto ha de ser arquitectónico y generar referencias sutiles, no ha de ser nada más que lo que es, un objeto arquitectónico ligado a un lugar específico, en un momento concreto del tiempo y a cierta memoria colectiva de la que tiene que formar parte. En Ginebra, por ejemplo, las referencias a una burbuja jabonosa, como pensamos el edificio, ayudaron a materializarlo, a hacerlo real. Pero deberían agotarse ahí. El propio proyecto sigue adelante y cuando acabas ves que, por fortuna, esa metáfora inicial ha servido para conseguir algo distinto, mejor, que la supera.

 

-. ¿Cómo veis los concursos de arquitectura?  ¿Qué creéis que se podría mejorar de ellos? ¿Cómo veis el tema del desmedido número de participantes en cada convocatoria?

Hacemos muchos concursos, por un lado porque es la manera de acceder a encargos de entidad y por otra porque posibilitan ensayar todo lo que se cuece en nuestras cabezas en un momento dado. Nos gustaría también que los concursos fueran más serios, que exigieran una vinculación mayor al convocante con el propio proceso. En Madrid se ha avanzado mucho gracias a la intervención de la OCAM y a los convenios que ésta ha suscrito con muchas instituciones públicas, como el Ayuntamiento de Madrid o la Comunidad. El concurso de arquitectura mantiene viva la profesión, los costes de este sistema son altos para los arquitectos, quizás insostenibles a medio plazo en sus términos actuales, pero queremos pensar que aseguran que la arquitectura pública sea de mayor calidad… De cualquier modo pensar en la cantidad de trabajo, de energía, de todos y cada uno de los que concurrimos a un mismo concurso, que se queda en el papel hace cuando menos plantearse si el sistema acabará generando una nueva disciplina de papel, de revista e infografía que no sería buena para nadie. Esto da vértigo. Y un poco de miedo…

 

– Parece que os estáis animando a concursar incluso en el extranjero, con excelentes resultados como el segundo premio en la ampliación de la sede de la OMC en Ginebra. ¿Que diferencias notáis respecto a los concursos españoles?

En septiembre vimos cómo el Proyecto del Edificio de Accesos y Servicios del Campus de la Justicia de Madrid quedaba parado, se nos cayeron los poquitos encargos privados que teníamos y decidimos probar suerte fuera de España, en vista de la desmedida afluencia de participantes a un número cada vez menor de concursos públicos. Por inercia pensamos en Alemania, acabamos estrenándonos en Suiza, con el concurso para la Ampliación de la Sede de la OMC en Ginebra, y no nos fue mal. Fue una decisión arriesgada, es duro hacer un concurso en una lengua que no es la tuya, con unos procedimientos que no conoces y tener que entregarlo lejos de casa. Chicago, Lucerna, Ginebra, Zürich, Berlín… seguimos en ello. Este proceso nos ha llevado a tender puentes entre oficinas extranjeras y nuestro estudio. En primavera fuimos socios de James Corner – Field Operations en el concurso del Parque de Valdebebas de Madrid, anteriormente habíamos preparado candidaturas conjuntas con estudios daneses (SLA, BIG) para ir juntos a concursos en España, y aunque el resultado no fue positivo, el proceso de colaboración fue muy estimulante y agradable. Quizás la internacionalización de nuestro trabajo sea un revulsivo eficaz contra la omnipresente crisis. Nosotros seguimos apostando por ello.

 

– El proyecto lo realizasteis en colaboración con el Estudio de Cano Lasso. ¿Cómo se  produjo la posibilidad de colaboración y de qué forma os organizasteis para desarrollar el proyecto de manera conjunta?

La historia de nuestra colaboración con Diego, Alfonso y Gonzalo Cano responde a causas muy diferentes de las que uno tiende a pensar. Nos conocimos de forma casual, a través de personas cercanas que confiaban en que podíamos llegar a hacer algo juntos. Así nos encontramos. Nunca habíamos trabajado para ellos, ni habían sido profesores nuestros. Confiaron en nosotros y así surgió la posibilidad de presentarnos juntos al Concurso del Edificio de Accesos y Servicios, un proceso enormemente enriquecedor para nosotros, que resultó bien, y que estamos deseosos de continuar junto a ellos. De hecho seguimos colaborando con el Estudio Cano Lasso en distintos asuntos, y siempre contentos de hacerlo.

 

– ¿Cómo pensáis que debe ser la relación cliente – arquitecto? Podrías describirnos como se desarrolló esta interacción en la casa OS?

La Casa OS fue un proyecto muy especial en muchos aspectos. La propiedad era conocida y de confianza, y lo que es más importante, nosotros fuimos de confianza para ellos desde el principio. En nuestra corta experiencia hemos visto cómo la confianza en el arquitecto como profesional específico – algo difícil de transmitir en los tiempos que corren – genera una relación con el cliente productiva. El cliente privado es complicado, el público no parece distinto. En cualquier caso por nuestra parte nos esforzamos en transmitir la idea de que somos, por nuestra profesión, los encargados no solo de resolver lo que el cliente tiene en la cabeza, si no de convertirlo en algo mejor. Esto es el arquitecto.

 

– ¿Os resultó complicado asumir el “desafío” de la propiedad con un programa tan complejo?

La propiedad era cercana, lo cual implica un grado de vinculación con el resultado final completo, un para siempre. Por otro lado fue muy sencillo. El lugar tenía tanta fuerza, era tan bestia, nuestras energías tan desmedidas y los requerimientos del programa tan complejo que lo raro es que el choque de todas esas fuerzas produjera un elemento tan sereno como es la casa.

 

– Contadnos un poco el proceso del proyecto de la casa. ¿En cuánto tiempo se desarrolló? ¿Mantuvisteis muchas reuniones con la propiedad?

Nosotros acabábamos de salir de la Escuela, y nos encontramos con esta grandísima oportunidad de convertirnos en algo real. Somos conscientes de lo extraordinario de la situación: el cliente, el programa, el lugar, todo fueron facilidades. El proceso de proyecto fue largo, hubo muchas idas y venidas, llegamos incluso a entregar un básico de un proyecto bastante distinto. Paramos, había cosas que no nos convencían y volvimos atrás. Así llegamos al proyecto final, que fue construido por fortuna con mucha fidelidad respecto a lo que estaba pensado y decidido. Algunas cosas, no obstante, se perdieron por el camino y otras aparecieron, hubo que trabajar mucho con la propiedad para convencernos mutuamente de aspectos que tenían que ser consensuados.

 

– Cómo se desarrollo su construcción.  ¿Tuvisteis algún problema durante la obra?

La obra de la Casa fue relativamente bien. Hubo un momento de gran desconfianza, cuando teníamos que levantar los paramentos verticales, todos de junta seca – cartón yeso, espuma de poiuretano y zinc

y la constructora no tenía mucha fe en la idoneidad constructiva del sistema… los arquitectos técnicos siempre estuvieron cerca de nosotros, y aprendimos mucho juntos. Nos conocíamos antes y hemos seguido trabajando con ellos. Ir y volver a Santander desde Madrid en el día une mucho, a arquitectos, aparejadores y constructores…  tenemos un recuerdo muy grato de todo aquello. Evidentemente hubo problemas, discusiones muy desagradables y desencuentros de cada parte con las demás implicadas, pero entendemos que no más de los que cabía esperar.

 

– ¿Cómo fue la relación con el fotógrafo Jan Bitter?

Muy divertida. Se alojó en la casa con todos nosotros, y pasamos un fin de semana duro, de mucho trabajo, pero muy divertido. Es un profesional tremendo, y un tío muy gracioso, en alemán, claro. El otro fotógrafo con quien mantenemos muy buena relación es José Hevia, el primero en fotografiar la Casa OS y con quien trabajamos con asiduidad. No tuvimos la ocasión de estar presentes en la sesión de fotos que hizo de la Casa, pero sí en otras posteriores.

 

– Y para terminar si os parece lo hacemos con una especie de juego;  Os damos un nombre y nos decís la primera palabra que os venga a la mente, ahí van:

 

. Le Corbusier

Rampa del Carpenter Center.

. Alvar Aalto

Aparejo de ladrillo – alucinante.

. Álvaro Siza

De repente aparece algo como la Casa Van Middelem-Dupont…

. Zaha Hadid

Un ejemplo a seguir en las clases de Análisis de Formas de primero.

. Iñaki Ábalos Juan Herreros

Profesores, Tutores de PFC, Jefes.

. MVRDV

Winy Maas, un estudio precioso, muy agradable.

 

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4 COMENTARIOS
  1. antonio

    prometedor estudio! os seguiré la pista.

  2. StepienyBarno

    Que bueno que os gustó.

    La verdad es que van a dar mucho que hablar! son super serios y lo tienen muy claro, con una formación bestial a la vez que tienen los pies en el suelo.

    Si no salen estos chicos adelante, es que algo está muy mal en el mundo de la arquitectura!

  3. paco

    Estupenda entrevista. Chapeau. Mucha suerte.

  4. Ander

    La verdad es que solo conocia la casa OS y no estaba muy seguro de quien era. Ahora que conozco a los autores, os seguiré muy de cerca, porque no tienen desperdicio vuestras palabras.

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